jueves, 30 de octubre de 2014

La política al servicio del hombre


Hoy Jesucristo denuncia al "rey" (Herodes), de quien cabría esperar la promoción de la paz vinculada a la justicia. La política es el ámbito de la razón: no de una razón técnico-calculadora, sino "moral", ya que el fin último del Estado y de toda política es de naturaleza moral (la paz, la justicia…). La restitución de la "razón moral" (lo razonablemente bueno para el hombre) exige depurar lo "no-razonable".

Habiendo caído las ideologías, urge desmitificar aquellos valores que se han desvirtuado al otorgarles un carácter absoluto: progreso, ciencia, libertad… ¡También, la "mayoría"! Ninguno de éstos constituye, en sí, un criterio último sobre el bien del hombre. Existen valores que ni las mayorías pueden poner en discusión. Pero, ¿cuáles? Una primera respuesta nos la ofrece el "Decálogo", considerando que éste no es propiedad privada de cristianos y judíos.

—El "Decálogo" es una expresión altísima de razón moral que, como tal, coincide ampliamente con la sabiduría de las otras grandes culturas. La fe no sustituye a la razón, pero puede contribuir a resaltar valores esenciales.

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