Lectura
del santo evangelio según san Lucas (11,37-41)
En aquel tiempo, cuando
Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. Él entró y se
puso a la mesa.
Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: «Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo.»
Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: «Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo.»
Reflexión del Evangelio de hoy
El
evangelio es fuerza de salvación de Dios para todo el que cree
San
Pablo, que no se avergüenza del evangelio y del Señor del evangelio,
dirigiéndose a los romanos nos habla de dos clases de personas. Los que aceptan
por la fe a Dios y encuentra ahí su salvación. “El justo vivirá por su
fe”.
Pero
para San Pablo hay otro grupo de hombres, los que habiendo conocido y llegado a
Dios por las obras que ha hecho y que “Dios mismo se lo ha puesto delante”, sin
embargo, le rechazan y “tienen la verdad prisionera de la injusticia”.
“Alardeando de sabios, resultaron necios que cambiaron la gloria de Dios
inmortal por imágenes del hombre mortal, de pájaros, cuadrúpedos y reptiles”.
En
tiempo de san Pablo y en nuestro tiempo, hay quienes desechan al Dios verdadero
y adoran, en diversas versiones, a otros seres, a distintas creaturas. Gran
equivocación, pues dioses no hay más que uno, el Dios presentado por Jesucristo,
el único que puede ayudar al hombre, con su luz, con su amor, a vivir con
sentido, con esperanza, con alegría, a encontrar la salvación y alejarse de la
perdición.
Limpiar
la copa por fuera y rebosar por dentro de robos y maldades
Sabemos
la importancia que los guardianes de la religión judía daban a los preceptos
legales. Había hasta 613 mandatos que regulaban minuciosamente la vida del fiel
judío. Muchos de ellos eran prescripciones externas, y el peligro era quedarse
en lo externo y olvidarse de lo interior. La gran innovación de Jesús fue
dar mucha más importancia al interior de la personas que a lo exterior, a lo de
fuera. De muchas maneras tocó Jesús este tema. El árbol bueno da frutos bueno,
el árbol malo da frutos malos. El corazón bueno da frutos buenos, el corazón
malo da frutos malos. El corazón es el centro de las decisiones y acciones del
hombre. De él, del interior de la persona, brotan los actos buenos y los actos
malos. Por lo que hay que cuidar es nuestro interior, nuestro corazón. Cuando
el fariseo que había invitado a comer a Jesús se sorprende de que Jesús no se
lave las manos antes de comer, como estaba mandado por la ley, le dijo:
“Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por
dentro rebosáis de robos y maldades”.
Celebramos
hoy la fiesta de San Ignacio de Antioquía que murió el año 107. Famosas las
cartas que escribió camino del martirio, donde expresa su fuerte deseo del
encuentro pleno con Dios. Pide a su fieles que no hagan nada que impida ser martirizado,
pues “soy trigo de Dios y he de ser molido por los dientes de las fieras… todo
mi deseo y mi voluntad están puestos en aquel que por nosotros murió y
resucitó”.
Fray
Manuel Santos Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
No hay comentarios:
Publicar un comentario