Estimados sacerdotes, religiosas, agentes pastorales, feligreses y amigos todos. La prelatura de Caravelí a través de su Obispo y Pastor Mons. Reinaldo Nann les desea unas Felices Fiestas Patrias. Es verdad que vivimos en estos momentos en una crisis política e institucional, con la pérdida de valores morales y éticos, corroídos por la corrupción; pero por ello no debemos de perder nuestra identidad de nuestro amor a la Patria el Perú.
Mons. Reinaldo, a través de su homilía con ocasión de la celebración de estas fiestas Patrias, nos pide a que no perdamos la esperanza, que vivamos siempre unidos invocando a Dios a través de la oración para sacar adelante a nuestra querido Perú.
Aquí la Homilía de Mons. Reinaldo en estas Fiestas Patrias:
No se dejen robar la Esperanza
En estos días nos han robado la confianza en el poder judicial. Bueno,
nunca el poder judicial tuvo altos índices de confianza en la población. Hay
tantos ejemplos que, ante la policía, la fiscalía y el juez las cosas solo se
mueven con dinero. Nuestra corrupción de cada día – la conocíamos siempre, pero
ahora hay pruebas. Un fiscal subalterno del Callao, que buscaba
pruebas contra
el crimen organizado, llegó a grabar audios de los más altos jueces del Perú y
se quedó con la evidencia: Los puestos se venden, los juicios también. El
sistema es corrupto desde arriba hacia abajo. Alguien filtró estos audios a la
prensa, y vaya que tuvieron efectos: La población está indignada y con razón.
Un ministro, los jueces del consejo nacional de la magistratura y el jefe del
poder judicial renunciaron o fueron removidos y algunos están siendo
investigados.
En este contexto de justa indignación, mucha gente se va a la calle a
protestar. Y tienen razón: sin presión popular un sistema como el poder
judicial no va a cambiar. Se pueden cambiar cabezas fácilmente, pero no el
sistema de corrupción, que se ha enquistado profundamente.
Y a la crisis del poder judicial se junta la crisis de los
otros poderes del estado: del parlamento que es igual de corrupto. Muchos
parlamentarios buscan su provecho personal, los partidos protegen a sus líderes
y la lucha contra la corrupción no va en serio en este parlamento. Y el
gobierno también es débil. Recién renunció un presidente y todos los
expresidentes están con acusaciones, que podrían llevarlos a la cárcel
(nuevamente). El Papa Francisco dijo en su visita al Perú, comentando este
hecho: “No sé qué pasa en el Perú…”
¿Qué es lo que pasa en el Perú? ¿Mejor no celebrar estas fiestas
patrias, ya que no hay nada que celebrar? ¿Es el Perú un estado fallido, un
país hundido en la corrupción, presa de autoridades corruptos y malos? ¿Hay que
destruir todo, para que nazca un nuevo Perú?
Honestamente creo que esto sería fatalismo y extremismo, que no llega a nada. Creo con el Papa Francisco, que no nos debemos dejar robar la esperanza. Es verdad, que estamos en una profunda crisis, pero una crisis es también una oportunidad. La oportunidad, de aprender de nuestros errores. La oportunidad de limpiarnos y renovarnos. En la historia del mundo siempre había crisis y hasta hoy este mundo sigue sobreviviendo. No se dejen robar la esperanza. La misma indignación de la población demuestra, que todavía hay un sentido por la verdadera justicia y personas, que no se han dejado corromper.
Honestamente creo que esto sería fatalismo y extremismo, que no llega a nada. Creo con el Papa Francisco, que no nos debemos dejar robar la esperanza. Es verdad, que estamos en una profunda crisis, pero una crisis es también una oportunidad. La oportunidad, de aprender de nuestros errores. La oportunidad de limpiarnos y renovarnos. En la historia del mundo siempre había crisis y hasta hoy este mundo sigue sobreviviendo. No se dejen robar la esperanza. La misma indignación de la población demuestra, que todavía hay un sentido por la verdadera justicia y personas, que no se han dejado corromper.
Que podemos hacer entonces:
1. Necesitamos cambios desde arriba: Hay que denunciar a las malas
prácticas y las malas autoridades. La impunidad aumentaría la corrupción. Para
esto es importante, que haya cambios profundos en el mismo poder judicial. Se
necesitan órganos de control externos, ya que internamente siempre se han
protegido mutuamente. Todas las instituciones públicas y privadas necesitan un
sistema de autocontrol efectivo contra la corrupción. Hasta ahora los corruptos
lo tienen demasiado fácil.
2. Necesitamos cambios de abajo: debemos buscar la corrupción no solo
entre nuestros enemigos sino también entre nuestros amigos y en nosotros
mismos. Necesitamos una educación anticorrupción, que es la educación en
valores. Necesitamos sobreponer los valores espirituales por encima de lo
material, de la plata. Es el afán de acumular plata, que corrompe a las
personas.
Entiendo a todos, que no querían celebrar las fiestas patrias por la
desilusión e indignación que sienten. Uno no se siente bien celebrando en plena
crisis. Sin embargo, el Perú no tiene la culpa. El Perú es más que sus
problemas. La culpa tiene una gran parte de autoridades, que se ha servido de
su cargo para enriquecerse con el dinero del pueblo. Para hacerse pagar
favores. Para pedir coimas. Para cobrar porcentajes ilegales de las obras
publicas. Y mucho más. El Perú sigue siendo saqueado por mafias y autoridades
corruptas.
Por eso se han suspendido muchos desfiles y celebraciones. Aquí en esta
misa no estamos celebrando a las autoridades, estamos celebrando un aniversario
más del país. Y hacemos oración por este país: para que cambie. Para que
cambien sus autoridades. Para que cambiemos todos nosotros. Un Perú sin
corrupción no es sacar los políticos del bando enemigo, un Perú sin corrupción
es sacar los corruptos de todos los partidos. Un Perú sin corrupción no es
sacar a todas las autoridades sino a buscar a las personas más idóneas de todos
los partidos e instituciones.
Estoy convencido, que habrá algunos en todos los
bandos. Estoy convencido, que también existen autoridades y personas honestas y
buenas, que no lo tienen fácil en medio de tanta corrupción. Estoy convencido,
que todavía hay esperanza.
Les invito a celebrar esta esperanza por un Perú renovado y sin
corrupción. Un Perú solidario como se mostró en las inundaciones del año
pasado. Un Perú unido, como se mostró en el Mundial. No se dejen robar la
esperanza. Oren a Dios, para que nos de la fuerza y sabiduría para contribuir a
una profunda renovación de las instituciones. Oren a Dios para cambiar todos nosotros
y construir un Perú sin corrupción. Y pónganse pilas para empezar a rechazar la
corrupción en lo pequeño, desde abajo y también desde arriba.
¡Que muera la corrupción! ¡Que viva el Perú!
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