26-06-2014
Durante su Misa en Casa Santa Marta, el Papa Francisco explicó por qué la gente seguía a Jesús. Dijo que se acercaba a su pueblo y le habla al corazón.
Papa Francisco
"Por esto el pueblo seguía a Jesús, porque era el Buen Pastor. No era un fariseo moralista, ni un saduceo que hacía negocios con los poderosos, ni un guerrillero que buscaba la liberación política de su pueblo, ni un contemplativo de un monasterio. ¡Era un pastor! Un pastor que hablaba la lengua de su pueblo, se hacía entender, decía la verdad, las cosas de Dios. No negociaba nunca las cosas de Dios. Pero las decía de forma que el pueblo amara las cosas de Dios”.
Francisco añadió que hay que detenerse a pensar a quién estamos siguiendo y "pedir a Dios que nos acerque a Jesús”.
Extracto de la Homilía del Papa
Fuente: Radio Vaticana
"Pero tienes que cumplir -por ejemplo- el cuarto mandamiento; "¡Sí, sí, sí '; "Hay que dar de comer a tu padre anciano, a tu anciana madre! '; "¡Sí, sí, sí”; "Pero como usted sabe, yo no puedo hacerlo, porque he dado mi dinero al templo!”; '¿Usted no lo hace? ¡Sus padres mueren de hambre! Es así: contradicciones de la casuística más cruel. ¡El pueblo los respetaba, porque la gente es respetuosa. Los respetaba, pero no los escuchaban! Se iban...”
"Por esto el pueblo seguía a Jesús, porque era el Buen Pastor. No era un fariseo moralista, ni un saduceo que hacía negocios con los poderosos, ni un guerrillero que buscaba la liberación política de su pueblo, ni un contemplativo de un monasterio. ¡Era un pastor! Un pastor que hablaba la lengua de su pueblo, se hacía entender, decía la verdad, las cosas de Dios. No negociaba nunca las cosas de Dios. Pero las decía de forma que el pueblo amara las cosas de Dios. Por eso le seguían”.
"¿A mí, a quién me gusta seguir? ¿A los que me hablan de cosas abstractas o de casuísticas morales; aquellos que se hacen llamar del pueblo de Dios, pero no tienen fe y lo negocian todo con los poderes políticos y económicos; aquellos que siempre quieren hacer cosas extrañas, cosas destructivas, las llamadas guerras de liberación, pero que al final no son los caminos del Señor; o un contemplativo apartado? ¿A mí, a quién me gusta seguir?”
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