Hoy, en el Evangelio, ante la petición de Felipe de
mostrarnos al Padre, Jesucristo responde desde una doble perspectiva: quién ha
visto a Jesús, ha visto al Padre (aspecto inter-personal); y añade que el Padre
realiza las obras que hace el Hijo (aspecto inter-operativo). Resumidamente: el
ser y el obrar del Padre es el ser y el obrar de Jesús, y viceversa.
Este mensaje continúa en sentido descendente, ampliándose
hasta abarcar el ámbito humano, en una doble dirección: activa y orante.
Activa: quien crea en Jesús, hará también sus obras.
Orante: todo lo que pidamos en su nombre, Él lo hará.
La primera dirección subraya la fe (“El que crea en mí”); la segunda resalta el actuar divino (“Las obras que yo hago”).
La primera dirección subraya la fe (“El que crea en mí”); la segunda resalta el actuar divino (“Las obras que yo hago”).
—¡Señor Jesús, introdúcenos en esta infinita relación que,
en cuanto "terminal", eres Tú, y, en cuanto "originante",
es tu Padre! Y haz que, mecidos por ella, en el Espíritu Santo, todos los
hombres seamos genuinamente "nosotros", siendo precisamente los unos
para los otros.
Comentario: Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret
(Vic, Barcelona, España).
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