La Iglesia no subestima el sufrimiento de ninguna persona
que se encuentra al final de su vida ni el de sus seres queridos. Las acompaña
con toda su solicitud. Sin embargo, recuerda que “la eutanasia es una grave
violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente
inaceptable de una persona humana. Esta doctrina se fundamenta en la ley
natural y en la Palabra de Dios escrita” (Evangelium Vitae, n° 65). Esta postura
es inseparable del rechazo al encarnizamiento terapéutico y de la necesidad de
acompañar a los enfermos hasta el final de su vida.
Más información: Aleteia
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