“Amar la Vida es siempre ocuparse
del otro, es desear su bien”
El Perú quiere celebrar la Jornada por la Vida, y hoy de
manera especial, en el marco del VIII Encuentro Mundial de las Familias a
celebrarse próximamente en la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos.
Cada vida humana es don de Dios-Amor, y es sagrada desde
el primer instante de su existencia ya que lleva consigo la imagen de su
Creador. Sólo Dios es Señor de la vida humana desde la concepción hasta su fin
natural. Ninguna persona, bajo ninguna circunstancia puede decidir sobre la
vida de otro, más aun cuando ese otro es el ser más indefenso y vulnerable de
todos: el Niño por nacer. "La vida desde su concepción debe ser
salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes
abominables".1
Lamentablemente el derecho a la vida es relativizado hoy
en día por falsos “derechos”, impuestos en nombre del progreso y la modernidad.
Ante ello el Papa Francisco nos alerta: «No es progresista pretender resolver
los problemas eliminando una vida humana»2.
Estas palabras del Santo Padre nos traspasan el corazón, llamándonos a una
decidida y frontal defensa de la Vida. Es necesario hacer nuestra ésta
interpelación y defender con coraje la vida frente a las falsas ideologías que
disfrazadas de libertad, crean estructuras opresoras y esclavizadoras de las
conciencias y del pensamiento, bajo apariencia de novedad y progreso, buscando
negar la dignidad humana de los Niños por nacer quitándoles la vida y promoviendo
legislaciones de muerte. Como bien afirma el Papa: Resolver los problemas
eliminando una vida humana es la forma de actuar de los mafiosos.3
En nombre de estas falsas libertades, como el pretendido
“derecho a decidir”, algunas organizaciones están presionando en estos días
para que se legalice el aborto en casos de violación. Es bueno señalar que en
este doloroso caso a la que siga una concepción, nos encontramos frente a tres
protagonistas: El delincuente, que es el violador a quien hay que castigar; la
mujer que es la víctima y el Niño por nacer que es víctima inocente. La
violación es un acto execrable y violento que debe ser condenado y castigado,
pero el aborto no va solucionar el problema, no va a sanar a la mujer, sino que
le añadirá al dolor de la violación la herida imborrable del aborto. Por otro
lado el Niño por nacer no puede ser discriminado por las circunstancias en que
fue concebido. Por tanto en una violación a donde siga la concepción hay dos
víctimas que proteger y cuidar: a la madre y a su hijo. Por esto el Santo Padre
también nos recuerda que: ''La vida humana es sagrada e inviolable. Todo
derecho civil se asienta en el reconocimiento del primero y fundamental de los
derechos, el derecho a la vida, que no está subordinado a condición alguna, ni
cualitativa, ni económica, ni tanto menos ideológica”.4
Como sociedad, y especialmente desde la familia, cuya
misión es el amor, debemos crear las condiciones para que las mujeres
embarazadas en situación de crisis, encuentren en nosotros acogida y
acompañamiento, para llevar adelante su embarazo con la alegría de saberse
amadas. Tal como nos lo pide el Santo Padre: “Los animo a hacerlo siempre con
la actitud de la cercanía, de la proximidad: ¡Que cada mujer se sienta
considerada como persona, escuchada, acogida, acompañada!”.5
Pongamos la Misión de la Familia, que es el Amor en manos
de Santa María, Madre de la Vida, para que Ella nos enseñe a formar familias
plenamente vivas y generosas.
1 Gaudium et Spes n. 51.
2 S.S. Francisco, Evangelii Gaudium
n. 214.
3 Ver S.S. Francisco, Mensaje para
la Jornada de la Vida para la Iglesia de Inglaterra y Gales. 26 de julio de
2015.
4 S.S. Francisco, Discurso al
Movimiento por la Vida Italiano. 11 de abril de 2014.
5 S.S. Francisco, Discurso al
Movimiento por la Vida Italiano. 11 de abril de 2014.
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