Hoy nos detenemos en san Mateo. Sus noticias son pocas e
incompletas. Está siempre presente en las listas de los doce elegidos por
Jesús. En hebreo, su nombre significa "don de Dios". El primer
Evangelio canónico, que lleva su nombre, nos lo presenta como "el
publicano".
Jesús acoge en el grupo de sus íntimos a un hombre que,
según la concepción de aquel tiempo en Israel, era considerado como un pecador
público. Mateo, de hecho, no sólo manejaba dinero considerado impuro por
provenir de gente ajena al pueblo de Dios, sino que además colaboraba con una
autoridad extranjera, odiosamente ávida, cuyos tributos podían ser determinados
arbitrariamente. Ante estas referencias, hay un dato que salta a la vista:
Jesús no excluye a nadie de su amistad.
—Mateo responde inmediatamente a la llamada de Jesús:
"Él se levantó y le siguió". En este "levantarse" se puede
ver el desapego a una situación de pecado y, al mismo tiempo, la adhesión
consciente a una nueva existencia, recta, en la comunión con Jesús.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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