Hoy, las palabras de Jesús nos invitan a considerar uno de
los principios de vertebración social invocados por la Doctrina Social de la Iglesia: la solidaridad. La vida social crea múltiples interdependencias, de
modo que debemos tomar conciencia de las necesidades ajenas, considerándolas
como propias. Así, pues, la interdependencia conlleva exigencias de bien común,
y da lugar a una categoría moral: la solidaridad, que consiste, en primer
lugar, en que todos se sientan responsables de todos (sin dejar dicha solicitud
social solamente en manos del Estado).
Amar a alguien es querer su bien y trabajar eficazmente
por él. Junto al bien individual, hay un bien relacionado con el vivir social
de las personas: el bien común. Desear el bien común y esforzarse por él es
exigencia de justicia y caridad.
—El principio de solidaridad debe mantenerse íntimamente
unido al principio de subsidiaridad: la solidaridad sin la subsidiaridad
acabaría en el asistencialismo que humilla al necesitado (al mismo tiempo que
la subsidiaridad sin la solidaridad desembocaría en el particularismo social).
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
No hay comentarios:
Publicar un comentario