Hoy descubrimos la "impronta misionera" presente
en la Iglesia desde sus primeros fundamentos: el mismo Romano Pontífice es
"pescador de hombres". Simón fue llamado un día como cualquier otro,
mientras realizaba su trabajo de pescador. El Maestro ve dos barcas amarradas a
la orilla y les pide subir a una, la de Simón. Alejándose un poco de la orilla,
enseña a la muchedumbre: la barca de Pedro se convierte en la cátedra de
Jesucristo.
Cuando terminó, le pide a Simón que eche las redes. Jesús
era un carpintero, no era un experto de pesca. Sin embargo, "Simón el
pescador" se fía de Él. Su reacción ante la pesca milagrosa es de
estremecimiento. Jesús responde invitándole a tener confianza y a abrirse a un
proyecto que supera toda expectativa: "Pescador de hombres". Pedro no
podía imaginar que un día llegaría a Roma y que ahí sería "pescador de
hombres" para Dios.
—Señor, con Pedro, nos sentimos "enviados" por
Dios para llevar tu Evangelio a todas las almas.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
No hay comentarios:
Publicar un comentario