Hoy, con el Evangelio, contemplamos la sexualidad como una
realidad central de la creación. La diversidad sexual y el matrimonio (donde
los esposos se regalan mutuamente su distinción sexuada) son algo sagrado. No
es casual que: 1. Dios cambie su lenguaje ("habla" en primera persona
del plural) cuando se dispone a crear al hombre ("Hagamos al hombre
semejante a nosotros"); 2. Cristo dignifique el matrimonio con la
categoría de sacramento y asista a una boda al comienzo de su ministerio.
La Palabra de Dios respalda esta tradición de la Iglesia.
En el "Génesis" leemos, además, que Dios nos creó a su imagen,
haciéndonos "varón" y "mujer". Cuando dos personas se
entregan mutuamente y, juntas, dan vida a los hijos, también lo sagrado queda
afectado: cada persona alberga el misterio divino. Así, la convivencia de
hombre y mujer también se adentra en lo religioso, en lo sagrado, en la
responsabilidad ante Dios.
—Dios-Creador: tú eres el "nosotros divino" que
inspira y guía el "nosotros humano" (matrimonio).
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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