viernes, 7 de agosto de 2015

El hombre no es un ser "arrojado" al mundo por azar

Hoy Jesús formula una pregunta clave: "¿Qué puede dar el hombre a cambio de su vida?". Respuesta: nada que no sea dar la misma vida a Dios. Esto supone que nadie existe por casualidad: el hombre no es un ser "arrojado" al mundo por azar, sino que fuimos creados porque Dios ya nos conocía y nos amaba.

A la vida de cada hombre le precede un conocimiento, una idea y un amor, que constituyen el fundamento de nuestra existencia. La creación se ha hecho para abrir un espacio en el que poder responder al amor de Dios. El cosmos no fue creado para que hubiera multitud de astros y tantas otras cosas más, sino para que hubiera un lugar para la "alianza", para el "sí" del amor entre Dios y el hombre que le responde.

—Señor, mi libertad y tu Cruz están en mi respuesta: sin libertad mi respuesta no sería de amor; sin la Cruz no sería respuesta adecuada para seguirte.

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

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