Hoy, Cristo denuncia una grave deformación de la religión
auténtica: "Dicen y no hacen". Es la "evaporación de la
fe": teoría sin obras. El mensaje cristiano no es sólo
"informativo", sino que ha de ser "per-formativo". El
Evangelio no es solamente una comunicación de cosas que se pueden saber, sino
una comunicación que comporta hechos y cambia la vida. La imagen de Dios debe
formarse en nosotros; día a día debe acontecer nuestra transformación en Jesús.
La fe, antes que "demostrar", se debe
"mostrar": es un cambio en el ser. La fe, que nos llega como palabra,
debe llegar a ser de nuevo en nosotros mismos palabra, en la que ahora se
exprese también nuestra vida. La fe va en primer lugar de la palabra a la idea,
pero tiene siempre que regresar de la idea a la palabra y a la acción.
—Haz, Señor, que la fe me transforme hasta que se pueda
decir de mí que he vuelto a "nacer".
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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