Hoy el Bautista testifica que "Dios-Luz" está en
medio de nosotros. La "venida" de Dios —continua y
"connatural" con su ser— se concentra en las dos principales venidas
de Cristo: la de su Encarnación y la de su vuelta gloriosa al fin de la
historia. El tiempo de Adviento se desarrolla entre estos dos polos.
En los primeros días se subraya la espera de la última
venida del Señor. En cambio, al acercarse la Navidad, prevalece la memoria del
acontecimiento de Belén, reconociendo en él la "plenitud del tiempo".
Entre estas dos venidas, "manifiestas", hay una tercera,
"intermedia" y "oculta": se realiza en el alma de los
creyentes y es una especie de "puente" entre la primera y la última.
En la primera Cristo fue nuestra redención; en la última se manifestará como
nuestra vida; en ésta es nuestro descanso y consuelo.
—Para la venida de Jesús que podríamos llamar
"encarnación espiritual", el arquetipo siempre es María: Ella nos
enseña a esperar a Cristo que viene.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de
textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
No hay comentarios:
Publicar un comentario