Hoy aparece la figura de Juan enraizada profundamente en
el Antiguo Testamento. Juan el Bautista era un sacerdote, descendiente de
Zacarías —sacerdote de la clase de Abías— y de Isabel —proveniente de la
familia sacerdotal de Aarón—. En Juan el sacerdocio de la Antigua Alianza se
dirige hacia Jesús.
La misión de Juan es interpretada en base a la figura de
Elías: él no es Elías, pero viene con el espíritu y la pujanza del gran
profeta. Juan cumple en su misión también la expectativa de que Elías volvería,
purificaría y aliviaría al pueblo de Dios; lo prepararía para la venida del Señor.
Con esto se le incluye, por un lado, en la categoría de los profetas, aunque,
por otro, simultáneamente se le ensalza por encima de ella porque el Elías que
está por volver es el precursor de la llegada de Dios mismo.
—Así, en estos textos se pone tácitamente la figura de
Jesús, su llegada, en el mismo plano que la llegada del propio Dios.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
No hay comentarios:
Publicar un comentario