Formador de sacerdotes: el espíritu de Trento
San Juan de Ávila colaboró en la
aplicación del Concilio de Trento en España; al escucharle predicar, San Juan de Dios se
convirtió al catolicismo; y es el patrón de los sacerdotes españoles.
Nació en Ciudad Real, España, en el año
1500. Renunció a la herencia de sus padres y a los 26 años fue ordenado
sacerdote. Quiso
trabajar en la evangelización de América pero el arzobispo de Sevilla le
pidió que se quedara en el país. Allí comenzó a destacar porque era un gran
predicador. Aunque por esto sufrió falsas acusaciones.
“Como era un hombre que convertía a la gente, las conversiones
producen a veces la ruina de algún negocio. Le acusaron falsamente a la
Inquisición, estuvo procesado prácticamente dos años. Sobre todo, un año en la
cárcel, con peligro de que le condenaran a muerte”, explica Juan Esqueda Bifet,
catedrático emérito de la Pontificia Universidad Urbaniana, que forma parte de
la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Se le recuerda como un buen director
espiritual de gente de toda clase y condición. Muchos sacerdotes se reunían con
él para mejorar su formación y pedirle consejo. También influyó en la vida de
muchos santos de su época: "Tuvo relación con San Ignacio de Loyola. Por ejemplo, con San Juan de Ribera, que era su discípulo, o
bien con Santa
Teresa. Ella le envió su biografía. Nadie quería aprobarla y San
Juan de Ávila la aprobó diciendo que era de Dios todo aquello que sentía”.
En España impulsó colegios y
universidades. Vivió la apertura del Concilio de Trento en 1545 y dedicó muchos
años a trabajar en la aplicación del Concilio: "Se dedicó mucho a formar sacerdotes, que es lo que
pidió el Concilio de Trento, que hubiera seminarios. Él fundó algunos
seminarios como el de Córdoba y la Universidad de Valencia que también era
además de para laicos para clérigos”, añade Esqueda.
San Juan de Ávila murió en Córdoba en
1569, tras diez
años de enfermedad que dedicó a seguir enseñando por medio de cartas. Más tarde, sus
escritos influyeron en San Francisco de Sales, el Santo Cura de Ars o San Alfonso María de
Ligorio. Pío XII reconoció
todo su trabajó nombrándolo en 1946 patrón de los sacerdotes españoles.
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