Día litúrgico: 5 de Octubre: Témporas de
acción de gracias y de petición
Texto del Evangelio (Mt 7,7-11): En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y
se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que
llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide
pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues,
vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más
vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las
pidan!».
Comentario: Rev. D. Antoni CAROL i Hostench
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España).
Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os
abrirá
Hoy, como un eco de una antigua tradición ligada a la
sociedad rural, celebramos litúrgicamente una jornada de acción de gracias a
Dios por los favores que nos ha hecho y de petición de ayuda por los frutos de
nuestro trabajo en este nuevo curso.
El medio rural, efectivamente, por la fuerza de los
hechos, tenía viva conciencia de que los frutos recogidos —sin desconsiderar el
esfuerzo humano— eran un don de Dios. Ante los imponderables del clima y de las
circunstancias del trabajo del campo, el hombre era más consciente de que
dependía del buen Dios. Por contraste, el progreso de la técnica y del trabajo
industrial parecen amenazar esta “memoria de Dios”: en no pocos casos, se ha
diluido la conciencia de dependencia de Dios, y el hombre corre el riesgo de
auto-divinizarse al pensar que ya no necesita del Creador. En cambio, Jesús nos
ha dicho: «Pedid y se os dará (...); llamad y se os abrirá» (Mt 7,7), que es
tanto como si nos dijera: —Yo te recordaré y te ayudaré, pero necesito que tú
no me olvides y que no me eches de tu vida.
En este sentido, Juan Pablo II nos advertía: «Es preciso
que el hombre dé honor al Creador ofreciendo, en una acción de gracias y de
alabanza, todo lo que de Él ha recibido. El hombre no puede perder el sentido
de esta deuda, que solamente él, entre todas las realidades terrestres, puede
reconocer y saldar como criatura hecha a imagen y semejanza de Dios».
Y como prevención ante este riesgo de ingenua
“desmemorización”, la oración colecta de hoy nos invita a decir: «Señor Dios,
Padre lleno de amor, que diste a nuestros padres de Israel una tierra buena y
fértil, para que en ella encontraran descanso y bienestar, y con el mismo amor
nos das a nosotros fuerza para dominar la creación y sacar de ella nuestro
progreso y nuestro sustento; al darte gracias por todas tus maravillas, te
pedimos que tu luz nos haga descubrir siempre que has sido tú, y no nuestro
poder, quien nos ha dado fuerza para crear las riquezas de la tierra».
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