15-10-2012 Radio Vaticana
(RV).- Formar adecuadamente a los laicos para sostener a
la familia y promover el diálogo ecuménico e interreligioso: son las
"herramientas" de la nueva evangelización, destacadas esta mañana por
el Sínodo de los Obispos, en el Vaticano. En el centro de los trabajos de la
Congregación matinal, la undécima, que tuvo lugar en presencia del Papa,
también hubo un llamamiento a la paz y el diálogo en Mali.
El Sínodo está preocupado por este país africano. Se han
descrito las dificultades sociales, políticas y eclesiásticas que está
viviendo, los obstáculos relacionados con la evangelización, en un contexto
donde los combates entre los rebeldes y el gobierno interino son una amenaza
para la religión. Los prelados, por tanto, han invocado la paz y reafirmaron la
importancia del diálogo en Mali.
Pero además de las de África, son oscuras también las
páginas de Europa, donde la globalización crea nuevas formas de martirio sin
sangre, pero sufridas, en las cuales la intolerancia contra los cristianos es
sutil y continua. Dios no sólo se niega, sino que es un total desconocido.
Frente a esta realidad, la nueva evangelización basa su misión en tres
"instrumentos", dice el Sínodo: los laicos, las familias, el diálogo
ecuménico e interreligioso.
Los laicos van debidamente formados de manera adecuada,
sólida, fuerte -incluso a través de los sínodos locales que los involucran
directamente - de modo que sean capaces de no ceder a las tentaciones del mundo
y den testimonio de los verdaderos valores, basados en el no-conformismo de la fe.
Respecto al gran desafío de la familia, iglesia doméstica
y sujeto de evangelización, los padres sinodales dijeron que es como una
entidad que ha perdido el rumbo debido a la historia reciente de Occidente. Hoy
la cuestión de la familia aparece como el problema número uno de la sociedad,
subrayó la Asamblea sinodal, tanto que se da más importancia al fútbol que al
matrimonio. La Iglesia no puede permanecer en silencio, no porque sea obsoleta
o conservadora, sino porque está en juego la estabilidad misma de la sociedad.
Por eso los padres sinodales invitan a poner a la familia en el centro de la
política, la economía y la cultura, pero también con la esperanza de que la
Iglesia pueda convertirse en "familia de las familias».
Los Padres sinodales abordaron la cuestión del diálogo,
otra forma deseable para la nueva evangelización. Pero, desde el punto de vista
interreligioso, éste presenta dificultades con el Islam, en países como
Pakistán, donde existen las leyes contra la blasfemia, u Oriente Medio, donde los
cristianos son cada vez menos. ¿Qué hacer? El Sínodo apuesta por los jóvenes
musulmanes, cada vez más atraídos por el Evangelio en el que encuentran
alegría, libertad, y el amor. Relanzando el significado profundo de la Buena
Nueva, explican los obispos, se podrá evitar la confusión entre secularización
y cristianismo, tan común en el mundo musulmán.
(ER- RV)
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