«La Iglesia existe para evangelizar» y «los santos son los
protagonistas de la evangelización».
Festividad del Santo Rosario, apertura de
la XIIIª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos, proclamación de San
Juan de Ávila y Santa Hildegarda de Binguen como doctores de la Iglesia,
vísperas
del arranque de un intenso Año de la Fe...
Verdaderamente este domingo era un día grande para
Benedicto XVI, y ha correspondido a esa expectación con una homilía donde,
como elemento principal, ha distinguido para que no haya dudas las tres formas
de evangelizar de una Iglesia que "existe
para evangelizar" con un "dinamismo espiritual y
pastoral" del que surgen "dos ramas específicas": "Por una
parte, la missio
ad gentes, esto es el anuncio del Evangelio a aquellos que aun no
conocen a Jesucristo y su mensaje de salvación; y, por otra parte, la nueva evangelización, orientada
principalmente a las personas que, aun estando bautizadas, se han alejado de la
Iglesia, y viven sin tener en cuenta la praxis cristiana".
Sin olvidar, por supuesto "la actividad ordinaria de
evangelización en
nuestras comunidades cristianas", pues "los tres aspectos de la única
realidad de evangelización se completan y fecundan mutuamente".
El Papa consagró unos minutos asimismo ha
destacar la importancia del matrimonio, que "constituye en sí mismo un
evangelio, una Buena Noticia para el mundo actual, en particular para el mundo
secularizado. La unión del hombre y la mujer, su ser «una sola carne» en la
caridad, en el amor fecundo e indisoluble, es un signo que habla de Dios con fuerza, con una
elocuencia que en nuestros días llega a ser mayor, porque, lamentablemente y
por varias causas, el matrimonio, precisamente en las regiones de antigua
evangelización, atraviesa una profunda crisis". Una crisis que "no es
casual" porque "hay
una evidente correspondencia entre la crisis de la fe y la crisis del matrimonio".
Por último, y bajo el retrato de los dos
santos que son desde este domingo también doctores de la Iglesia y maestros
autorizados de su doctrina, Benedicto XVI apuntó que "los santos son los verdaderos protagonistas de la
evangelización en todas sus expresiones. Ellos son, también de forma particular, los
pioneros y los que impulsan la nueva evangelización: con su intercesión y el
ejemplo de sus vidas, abierta a la fantasía del Espíritu Santo, muestran la
belleza del Evangelio y de la comunión con Cristo a las personas indiferentes o
incluso hostiles, e invitan a los creyentes tibios, por decirlo así, a que con
alegría vivan de fe, esperanza y caridad, a que descubran el «gusto» por la
Palabra de Dios y los sacramentos, en particular por el pan de vida, la
eucaristía".
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