Hoy vuelve a resonar el "Yo soy" de Jesús. Él
les acaba de pedir que se afanen por el alimento que permanece para la vida
eterna. El hombre, en realidad, tiene hambre de algo más que del maná del
desierto. El don que alimente al hombre en cuanto hombre debe ser superior,
estar a otro nivel.
¿Es la Torá ese otro alimento? A través de ella, el hombre
puede de algún modo hacer de la voluntad de Dios su alimento. Sí, la Torá es
"pan" que viene de Dios; pero sólo nos muestra, por así decirlo, la
"espalda" de Dios, es una "sombra". «El pan de Dios es el
que ha bajado del cielo y da la vida al mundo» (Jn 6,33). Como los que le
escuchaban seguían sin entenderlo, Jesús lo repite de un modo inequívoco: «Yo
soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no
pasará nunca sed» (Jn 6,35).
—¡La Ley se ha hecho Persona!
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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