1.
La crisis de
los abusos: También en el Perú hay
sacerdotes, que abusaron sexualmente de menores de edad. El caso emblemático es
el Sodalicio de Vida Cristiana, donde su fundador y varios de la primera
generación abusaron en serie. Fueron abusos de poder, de consciencia y
sexuales. También hay casos en congregaciones religiosas y diócesis. Mucho
tiempo la iglesia se ha callado o encubierto a los abusadores. Esto tiene que
cambiar. Hay que escuchar y ayudar a las víctimas. Hay que extirpar al cáncer y
prevenir nuevos casos. Hay que denunciar para poder renovar. Hay que luchar
contra el clericalismo y abuso de poder, porque allí es donde empieza todo. Si
no reaccionamos a tiempo, perderemos toda credibilidad, como de hecho pasó en
la iglesia chilena.
2.
Una iglesia
dividida: Todavía hay fuertes grupos
conservadores en la iglesia. Es cierto que hay que conservar la fe en un mundo
de cambios acelerados. Pero la iglesia tiene que adaptarse de alguna manera al
pueblo en este mundo, entenderlo para poder evangelizarlo. La iglesia va
cambiando a lo largo de la historia, es una iglesia, que permanentemente
necesita reformarse, así lo dijo el concilio vaticano II. Hay muchos obispos,
que están con el Papa Francisco y su plan de reforma. Hay otros, que lo critican
abierta- o encubierta-mente.
3.
Una iglesia
desvalida en un mundo sin Dios: El Perú es un pueblo muy creyente. La religiosidad
popular y muchas tradiciones mantienen su fe. Sin embargo, siempre más gente se
hace evangélico. Y los jóvenes están en otra. Les interesa el internet, la
diversión y las cosas materiales. Poco a poco se olvidan de Dios, ya no le dan
mucha importancia. Antes la iglesia era un imán para los jóvenes, ahora se ven
mucho menos en los grupos parroquiales. Y también las vocaciones, que
aumentaron en los años 80 y 90, ahora están bajando.
¿Qué podemos hacer?
1.
No pelearnos todo
el tiempo entre conservadores y progresistas. Unirnos alrededor del Papa
Francisco y dejar, que cada uno ponga sus acentos propios. En vez de
pelear, dar cierta libertad a cada uno de vivir su carisma. Los carismas, que
se han podrido en la raíz, como el Sodalicio, tienen que ser eliminados. La
gente buena, que hay en estas organizaciones, debería reagruparse en
organizaciones nuevas, no sin haber indemnizado generosamente a todas sus
víctimas.
2.
Mucho tiempo los
progresistas fueron perseguidos duramente por el ala conservador. Ahora el Papa
Francisco nombra obispos progresistas, que no son comunistas, sino gente, que
quiere renovar y modernizar la iglesia. Es necesario. Al lado conservador no le
sirve, resentirse y enviar dardos envenenados. Evangelicemos ambos, aunque de
manera distinta. Es urgente, que la iglesia se modernice. Tiene que
buscar un lenguaje más moderno, no centrarse únicamente en cuestiones de moral
sexual sino hablar de los temas, que preocupan a la gente. Tiene que incluir
mucho más a los laicos, a las mujeres, a los indígenas, a los jóvenes y los
pobres. El obispo y el sacerdote deben compartir su liderazgo, el clericalismo
nos ha alejado demasiado del pueblo. La iglesia de Francisco es sinodal: escuchándonos
en comunidad.
3.
Hay que
encontrar a Dios en el mundo de hoy.
Dios actúa también hoy, en personas y acontecimientos concretos. La iglesia no
transmite a Dios a la gente sino descubre a Dios en medio de la gente.
Necesitamos nuevos caminos comunitarios de descubrir a Dios y vivir la fe. La
iglesia de Francisco es misionera.
4.
La manera de actuar
de la iglesia es el “acompañar”. A veces adelante, a veces en medio a
veces detrás del pueblo. Con humildad: más acompañar que dirigir. Como lo hizo
Jesús.
5.
Formar pequeñas
comunidades de fe y de acción, donde los laicos tendrán protagonismo.
Caravelí,
Mayo de 2019 Reinaldo Nann
No hay comentarios:
Publicar un comentario