Lectura
del santo evangelio según san Juan 16,12-15
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «Muchas cosas me quedan por deciros,
pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la
verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo:
hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará,
porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es
mío. Por eso os he dicho que toma de lo mío y os lo anunciará.»
Reflexión
del Evangelio de hoy
Encontramos
a Pablo ya en su 2º viaje misionero, llegado a Atenas siente un gran desgarro
interior al ver una ciudad tan culta dominada por la idolatría. Se
va a dedicar a combatirla al mismo tiempo que nos da uno de sus mejores
discursos para anunciarles y debatir sobre el Dios verdadero.
A los
griegos les encanta un buen debate, habiendo oído predicar a Pablo en las
plazas, le llevan al Areópago para que compartiera su nueva doctrina con
las multitudes allí reunidas. Los atenienses están orgullosos de su capacidad
intelectual y disfrutan oyendo nuevas ideas, Pablo utilizará sus dotes y
formación oratoria, dejándonos un discurso en el que menciona varias ideas filosóficas
con las que los mismos atenienses estarían de acuerdo, al mismo tiempo
que añade su formación hebrea y sobre todo desde su experiencia personal con el
Cristo Resucitado, Él y por Él, ha cambiado totalmente su vida.
Pablo
puesto en píe en medio del Areópago, comienza su discurso mostrándoles que ha
observado esta ciudad y que le ha dejado una grata sorpresa; les dijo:“Varones
atenienses, en todo os veo comomuy religiosos, (= supersticiosos)”,-en los
dos sentidos se puede entender- porque paseando y mirando vuestros
santuarios, hallé también un altar en el cual está esta inscripción: Al dios
no conocido” (v. 23a). Pablo trata de conectar con los
atenienses desde dónde están para guiarles hacia donde deben ir. Esta mención
de un Dios no conocido o desconocido prepara el camino para que pueda hablar de
su Dios conocido. “Aquél pues, que vosotros honráis sin conocerle, aéste os
anuncio yo”.
El
contenido del anuncio como tal, parte de un Dios creador de todo, no sujeto a
hechuras humanas, está en todas partes y para encontrarlo, sólo se necesita
tener una actitud de búsqueda, “porque en Él vivimos, nos movemos y
existimos”. Se da en el auditorio una escucha atenta. La ruptura
llega con el anuncio central del mensaje cristiano: un Cristo crucificado y
resucitado, “un Cristo que es fuerza y sabiduría de Dios” 1ªCor 1,24.Aquí
Pablo fracasa pero no abandona.
Esta
forma de predicación de un gran experto y apasionado Pablo, nos sirve de
ejemplo de cómo se adapta un sermón para un grupo particular. En nuestra
sociedad actual tan diversa, este modelo debe animarnos a creer y apostar por
anunciar un evangelio liberador que sea Buena Noticia para todos, sobre todo
para las personas que viven sin esperanza, ya sea que se apoyen en diferentes
poderes=idolatría, o que carezcan de lo imprescindible para vivir.
“El
Espíritu de la Verdad, es nuestro maestro”
Jesús
pone de relieve una de las funciones del Espíritu Santo:iluminar, enseñar,
guiar, para que sus discípulos puedan entender la Verdad plena”, de esta
forma completará las enseñanzas que Jesús les ha dado durante su vida
terrena pasada a su lado, es más, la promesa de Jesús se amplia para todos sus
seguidores en el futuro. Aquí entramos nosotros, ya estábamos en su
pensamiento.
La
actuación del Espíritu no se entiende tanto en el sentido de «verdades nuevas»,
sino de que la verdad que Jesús ha ido predicando, tiene que profundizarse y
adaptarse a las varias circunstancias de la historia, conservando la identidad
y la fuerza liberadora del Evangelio de Jesús.
Todo
esto, no lo podían captar los seguidores de Jesús en ese momento. ¡Qué dolor
supondría para Jesús contemplar esta realidad! El reino está iniciado, su
mensaje no puede ser entendido por sus discípulos que escuchan atónitos, menos
aún ponerlo en práctica, y, Él tiene que irse, solo si se va al Padre, el
Espíritu de la Verdad será enviado a ellos, y proseguirá su obra. ¡Cuánta
confianza la de Jesús ante este grupo de amigos incrédulos y miedosos!
¡Cuánto nos parecemos a ellos!, y Jesús sigue creyendo y confiándonos su obra.
Dejémonos guiar, e iluminar por su Espíritu.
Para
entender la obra del Espíritu basta recordar la maduración que supuso la Pascua
y luego Pentecostés en la fe de Pedro, y los suyos. No sólo en su fortaleza de
ánimo y en su decisión, sino también en la comprensión de la persona y la
doctrina de Jesús. ¿No ha sido todo el libro de los Hechos una prueba de cómo
el Espíritu iba conduciendo a aquellas comunidades hacia esa verdad plena? Él
sigue actuando en nuestra vida y en nuestra historia.
Hna. Virgilia León Garrido O.P.
Congregación Romana de Santo Domingo
Congregación Romana de Santo Domingo
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
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