Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! ¡Buena Fiesta!
El relato evangélico de los Reyes Magos, describe su viaje
desde Oriente como un viaje del alma, como un camino hacia el encuentro con
Cristo. Ellos están atentos a los signos que indican la presencia; son
incansables en el enfrentar las dificultades de la búsqueda; son valientes en
el deducir las consecuencias de vida que derivan del encuentro con el Señor. Es
decir, la vida es esto: la vida cristiana es caminar siendo atentos, incansables y valerosos.
¡Así camina un cristiano! Caminar atento, incansable y valeroso. La experiencia
de los Reyes Magos evoca el camino de todo hombre hacia Cristo. Como los Reyes
Magos, también para nosotros buscar a Dios quiere decir caminar –y como decía:
atento, incansable y valeroso- fijando el cielo y distinguiendo en el signo visible
de la estrella, el Dios invisible que habla a nuestro corazón. La estrella que
es capaz de guiar todo hombre a Jesús es la Palabra de Dios. Está en la
Biblia, en los Evangelios. La Palabra de Dios es la luz que
orienta nuestro camino, nutre nuestra fe y la regenera. Es la Palabra de Dios
que renueva continuamente nuestros corazones, nuestras comunidades. Por lo
tanto, no olvidemos leerla y meditarla cada día, para que se transforme
para cada uno en una llama que llevamos dentro de nosotros para
iluminar nuestros pasos, y también aquellos de quién camina junto a nosotros,
que quizás le cuesta encontrar el camino hacia Cristo. Siempre con la Palabra
de Dios. La Palabra de Dios a mano: un pequeño Evangelio en el bolsillo,
en la cartera, siempre, para leerlo. No se olviden de esto: ¡siempre
conmigo la Palabra de Dios!
En este día de la Epifanía, nuestro pensamiento se dirige
también a los hermanos y a las hermanas del Oriente cristiano, católicos y
ortodoxos, muchos de los cuales celebran mañana la Navidad del Señor. A ellos
les llegue nuestra afectuosa felicitación.
Me gusta luego recordar que hoy se celebra la Jornada Mundial
de la Infancia Misionera. Es la fiesta de los niños que viven con alegría
el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños del mundo.
Aliento a los educadores a cultivar en los pequeños el espíritu
misionero. Que no sean niños y jóvenes cerrados, sino abiertos; que vean un
gran horizonte, que su corazón siga adelante, hacia el horizonte, para que nazcan
entre ellos testigos de la ternura de Dios y anunciadores del Evangelio.
Nos dirijamos ahora a la Virgen María e invoquemos su
protección sobre la Iglesia Universal, para que difunda en el mundo entero el
Evangelio de Cristo, Lumen gentium, luz de todos los pueblos. Y que Ella nos
haga estar siempre más en camino, nos haga caminar y en el camino, ser atentos,
incansables y valerosos.
Saludos del Papa al finalizar la oración mariana
Queridos hermanos y hermanas,
Los saludo a todos ustedes, romanos y peregrinos,
renovando el deseo de paz y de todo bien en el Señor.
Saludo a los fieles venidos de Aachen (Alemania), de
Kilbeggan (Irlanda), y a los estudiantes de Northfield - Minnesota (Estados
Unidos); los confirmandos de Romano de Lombardía y sus padres; los fieles de
Biassono, Verona, Arzignano, Acerra y de algunas Diócesis de Puglia; y los
jóvenes de la Obra de Don Orione.
Un saludo especial a cuantos dan vida al desfile
histórico-folclorístico que este año está dedicado al territorio de los
Municipios de Segni, Artena, Carpineto Romano, Gorga y Montelanico.
Y acuérdense bien: la vida es un caminar, caminar siempre,
buscando a Dios. Caminar atentos, incansables y valerosos. Y falta una cosa,
falta una cosa: atentos, incansables y valerosos y... ¿qué falta? ¡Caminar con
la luz! ¿Y quién es la luz? El Evangelio, la Palabra de Dios. Siempre con el
Evangelio en el bolsillo, en la cartera, para leerlo, siempre con nosotros.
Caminar atentos, incansables, valerosos y con la luz de la Palabra de Dios.
A todos les deseo una buena Fiesta. No se olviden de rezar
por mí. ¡Buen almuerzo! ¡Hasta pronto!
(Traducción del italiano: María Cecilia Mutual - RV)
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