Hoy asistimos al comienzo del ministerio público de
Jesucristo: explicaba el Reino de Dios con parábolas, eligió a los apóstoles y
realizó curaciones milagrosas. Estos "signos" no eran la redención
misma, sino que indicaban la llegada del Reino y su baricentro: Dios.
Podría pensarse que el primer criterio para identificar al
redentor sería el "pan" (bienestar…) para acabar con el
"hambre". ¿Puede llamarse "redentor" alguien que no
responde a este criterio? El marxismo ha hecho precisamente de este ideal el
centro de su promesa de salvación: creía poder transformar las piedras en pan,
pero ha dado piedras en vez de pan…
—Está en juego la primacía de Dios. Se trata de
reconocerla como una realidad sin la cual ninguna otra cosa puede ser buena. No
se puede gobernar la historia con meras estructuras materiales, prescindiendo
de Dios. Si el corazón del hombre no es bueno, ninguna otra cosa puede llegar a
ser buena. Y la bondad de corazón sólo puede venir de Aquel que es la Bondad
misma: Dios.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de
textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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