Hoy, siguiendo a los Padres de la Iglesia, podemos aplicar la imagen del establo al cosmos, herido y desfigurado por el pecado. Jesús, cuyo ser es "misterio de recapitulación", no rehabilita un palacio cualquiera. Él vino para restituir a la creación su belleza y su dignidad: por eso "saltan" de gozo los ángeles.
La tierra queda restablecida porque se abre a Dios, y recibe nuevamente su verdadera luz. Y, en la sintonía entre voluntad humana y voluntad divina, recupera su genuina dignidad. La Navidad es la fiesta de la creación renovada ("recapitulada", reordenada a Dios). El canto de los ángeles en la Noche santa se comprende a partir de este contexto: se trata de la expresión de la alegría porque lo alto y lo bajo, cielo y tierra, se encuentran nuevamente unidos; porque el hombre se ha unido nuevamente a Dios.
—Jesús, gracias a ti, ahora ángeles y hombres cantamos juntos y, de este modo, la belleza del cosmos se expresa en la belleza del canto de alabanza.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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