Hoy Jesucristo nos previene de la ofuscación de la
conciencia moral. El perdón de Dios llega tan lejos como su Amor, pero… si
negáramos su existencia y renegáramos de su Amor (eso es la "blasfemia
contra el Espíritu Santo"), entonces, ¿podríamos pedirle perdón?; ¿podría
Dios perdonar sin que se le pida perdón? ¡Dios no puede imponer su perdón! El
amor incluye una disponibilidad inagotable al perdón, pero el perdón presupone
el reconocimiento del pecado como pecado.
Los Padres de la Iglesia consideraron la
"insensibilidad" (incapacidad de arrepentirse) como la verdadera
enfermedad del mundo pagano. Si hoy existe un problema de descomposición moral
en la sociedad, deriva de la ausencia de Dios en nuestra vida. No reconocer la
culpa, no me salva, porque la ofuscación de la conciencia, la incapacidad de
reconocer en mí el mal en cuanto tal, es culpa mía. Si Dios no existe, entonces
tenemos que refugiarnos en mentiras tales como la "ilusión de
inocencia".
—Jesús, el encuentro contigo me transforma haciéndome capaz
de escuchar el Bien mismo.
Fuente: master·evangeli.net
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