La sentencia del
Tribunal Constitucional deja a los Adolescentes desprotegidos
frente a sus
agresores
Lima, 24 de enero de 2013
Los Obispos del Perú, reunidos en Asamblea General,
expresamos nuestro rechazo a la reciente sentencia del Tribunal Constitucional
que despenaliza las relaciones sexuales con adolescentes.
En el sistema democrático peruano, corresponde al Tribunal
Constitucional controlar el cumplimiento de la Constitución. Sin embargo, su
reciente sentencia viola el artículo 4º de la Constitución, que establece la
obligación del Estado de proteger especialmente al niño y al adolescente, pues
al declarar inconstitucional el artículo 173.3 del Código Penal se elimina la
especial protección que hasta ahora se les brindaba ante posibles agresiones
sexuales.
En efecto, al despenalizar las relaciones sexuales con
menores, se deja abierta la posibilidad de que estos sean víctimas de
explotación sexual, prostitución infantil, pederastia, embarazos no deseados y
abortos, quedando indefensos frente a adultos que los puedan manipular con
facilidad hasta lograr que brinden su consentimiento.
Del mismo modo, la decisión del Tribunal Constitucional
contraviene, entre otros, el artículo 6º de la Constitución Peruana que
reconoce el deber y derecho de los padres a educar y dar seguridad a sus hijos,
pues al liberalizar las relaciones sexuales con y entre adolescentes se limita
y vulnera la tarea de los padres de preparar adecuadamente a sus hijos para que
en el futuro puedan formar su propia familia de acuerdo a los valores que
requiere toda sociedad verdaderamente humana.
Como el Papa Benedicto XVI nos ha recordado en su Mensaje para la Jornada Mundial por la Paz del presente año, no es justo legalizar
falsos derechos o libertades que, basados en una visión reductiva y relativista
del ser humano, amenazan el derecho fundamental a la vida y a su sano desarrollo
físico y psíquico. Es necesario tutelar el derecho primario de los padres de
educar a sus hijos en el ámbito moral y reconocer a la familia como el lugar en
el que se deben formar los futuros promotores de una cultura de la vida y el
amor. Estos principios están inscritos en la naturaleza humana, se pueden
conocer por la recta razón, y por tanto son comunes a toda la humanidad.
Por eso, hacemos un llamamiento al mismo Tribunal
Constitucional y a los poderes del Estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, para
que se revise y corrija esta vulneración a la Constitución que produce grave
daño a la dignidad de la persona humana, especialmente de nuestros niños y
adolescentes, e invocamos a la Sagrada Familia de Nazaret para que los ilumine
a fin de que no se dejen seducir por ideologías contrarias al bien común de
nuestro país.
Los Obispos del Perú
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