28 de febrero, 2013. (Romereports.com) Es la primera despedida televisada de un Papa vivo. Benedicto XVI salió de su residencia acompañado de los cardenales Angelo Comastri y Agostino Vallini. Antes de subirse al vehículo rumbo al helipuerto, se despidió entre grandes aplausos de los empleados vaticanos. Eran cerca de las cinco de la tarde.
Con el repicar de las campanas de la Basílica de San Pedro, el helicóptero del Papa despegó a las cinco y cinco minutos rumbo a Castel Gandolfo. Bendicto XVI sobrevoló el cielo de la Ciudad Eterna. Un trayecto de 16 minutos que permitió al Papa despedirse de grandes monumentos de Roma como el Coliseo o la basílica de San Juan de Letrán.
Al aterrizar en Castel Gandolfo, el Papa fue recibido por el cardenal Giuseppe Bertello, el obispo de Albano y la alcaldesa.
En una pequeña comitiva de vehículos, se dirigió hacia el Palacio apostólico de Castel Gandolfo al que llegó a las cinco y media. Allí miles de peregrinos le esperaban en la plaza con banderas del Vaticano, pancartas de agradecimiento y globos para escuchar las últimas palabras de Benedicto XVI como Papa.
“Soy simplemente un peregrino que comienza la última etapa en su peregrinaje en esta tierra. Quería todavía con mi corazón, con mi amor, con mi oración y mi reflexión, con toda mi fuerza interior trabajar por el bien común, por el bien de la Iglesia y de la humanidad. Me siento muy apoyado por vuestra simpatía. Sigamos adelante junto con el Señor por el bien de la Iglesia y del mundo”.
Era imposible reprimir los aplausos y gritos de agradecimiento al Papa. Después de impartir la bendición, Benedicto XVI se despidió. Esa fue su última aparición como Papa.
También se despidió por Twitter: ''Gracias por vuestro amor y cercanía. Que experimentéis siempre la alegría de tener a Cristo como el centro de vuestra vida”.
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