En el rito católico la imposición de la ceniza es realizada por el sacerdote sobre los fieles. El sacerdote puede hacer una cruz con la ceniza en la frente de los fieles o dejar caer un poco de ceniza en la cabeza de ellos. Mientras lo hace repite las palabras "conviértete y cree en el Evangelio". También se utilizan las palabras "Recuerda que polvo eres y en polvo te has de convertir", para significar que la vida es efímera.
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