Sentido
tradicional de la Cuaresma Romana
La Cuaresma Romana tradicional estaba marcada por tres
hechos, que estudiaremos brevemente:
1.- La Preparación de la comunidad cristiana a la Pascua;
2.- El Catecumenado;
3.- La penitencia canónica.
1.- La preparación de la comunidad cristiana
a la Pascua
Según San León, la Cuaresma es “un retiro colectivo de
cuarenta días, durante los cuales la Iglesia, proponiendo a sus fieles el
ejemplo de Cristo en su retiro al desierto, se prepara para la celebración de
las solemnidades pascuales con la purificación del corazón y una práctica
perfecta de la vida cristiana” (Esta definición es deducida del análisis del
sermón 42).
Se trataba, por tanto, de un tiempo, introducido por la
imitación de Cristo y de Moisés, en el que la comunidad cristiana se esforzaba
en realizar una profunda renovación interior. El Catecismo de la Iglesia
Católica retoma esta idea y la expresa de la siguiente manera: “La Iglesia se
une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio
de Jesús en el desierto” (n. 540).
2. El catecumenado
Según atestigua la Tradición Apostólica, el catecumenado,
a principios del siglo III, duraba tres años.
Empezaba por el grupo de los audientes, quienes recibían
una profunda formación doctrinal y se iniciaban en la práctica de la doctrina
cristiana. Unos días antes, el grupo de los elegidos o electi, para recibir los
sacramentos de la iniciación cristiana en la Vigilia Pascual, entre los que
tenían especial importancia y solemnidad los del sábado por la mañana. Es el
catecumenado simple.
Posteriormente, el catecumenado se centró sobre los electi
y no en los audientes, que iniciaban su preparación inmediata con el rito de la
inscripción del nombre al principio de la Cuaresma, y se prolongaban a lo largo
de la misma. Se celebraban tres escrutinios en los domingos III, IV y V, y el
Sábado Santo por la mañana, tenía lugar el último exorcismo, en el cual, además
de rociar con saliva los oídos y las narices de los catecúmenos, se les ungía
el pecho con óleo; ellos, por su parte, renunciaban a los poderes del mal y
recitaban el símbolo de la fe.
a) A principios del siglo VI desapareció el catecumenado
simple, se volvieron muy escasos los bautismos de adultos, y los niños que se
presentaban para bautizar, procedían de familias ya cristianas. Esta nueva
situación exige una reorganización prebautismal: al principio había tres
escrutinios y en el siglo VI, son siete.
b) La preparación de los catecúmenos y su organización
modela en un primer momento el espíritu y la liturgia de la Cuaresma. El ayuno
de la comunidad cristiana va sobre todo a los catecúmenos, sin olvidar a los
penitentes.
c) Una evolución posterior, trajo como consecuencia que
los escrutinios se desligasen de la liturgia cuaresmal, provocando una nueva
reorganización.
d) El mayor cambio fue cuando la Cuaresma misma pasó a ser
el tiempo en que todos los cristianos se dedicaban a una revisión profunda de
su vida, y a prepararse, mediante una auténtica conversión, a celebrar el
misterio de la Pascua. Quedó clausurada la perspectiva abierta por la
institución penitencial y del catecumenado, con menoscabo de la teología
bautismal.
3.- La penitencia canónica
La reconciliación de los penitentes sometidos a la
penitencia canónica, se asoció al Jueves Santo. Por ese motivo, los penitentes
se inscribían como tales el primer domingo de Cuaresma, recorriendo el período
cuaresmal, con severas penitencias corporales y oraciones muy intensas, para
ultimar el proceso de su conversión. La imposición de la ceniza es, por
ejemplo, uno de esos testimonios de la liturgia cuaresmal.
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