03-12-2012 L’Osservatore Romano
La
Oficina de información de la Santa Sede concurridísima como en las grandes
ocasiones: un panel relevante para presentar el acontecimiento mediático tal
vez más esperado de estos últimos tiempos: el “desembarco” del Papa en Twitter,
el social network de 140 caracteres. La noticia se sabía desde
hace tiempo. Y novedad absoluta tampoco es dado que Benedicto XVI ya había
accedido al mundo del microblogging el año pasado. Pero esta vez su
presencia será fija, empezando por un account personalizado —@pontifex,
que está en inglés, y en otros siete idiomas, incluido el árabe— y la fecha ya
fijada del primer tuit: el 12 de diciembre, coincidiendo con la audiencia
general y la festividad de la Virgen de Guadalupe. Como ejemplo de la importancia que los usuarios dan a Twitter (500
millones de personas en todo el mundo, el 40% de las cuales tiene entre 18 y 40
años), una agencia de noticias registró 40 mil followers declarados
apenas a los veinte minutos del anuncio del account del Papa
Joseph Ratzinger.
Motivaciones,
datos técnicos y referencias históricas de la iniciativa se explicaron el 3 de
diciembre por la mañana, en la conferencia de prenda. Sobre todo las
motivaciones, que desgranó el arzobispo Celli. Subrayando un aspecto particular
de la personalidad de Benedicto XVI, hizo hincapié en el gran deseo del
Pontífice de salir al encuentro del hombre y de la mujer allá donde se
encuentren y establecer con ellos un diálogo. Un diálogo entrelazado en 140
caracteres, cierto; pero perfectamente estructurado en la forma misma de los
versículos bíblicos, como testimonio de que la esencialidad del mensaje se
puede recibir en pocas palabras.
Mario
Ponzi
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