Hoy iniciamos un nuevo Año litúrgico, que se abre con el Adviento, tiempo de preparación para
el nacimiento del Señor. El Vaticano II afirma que la Iglesia "en el ciclo
del año desarrolla todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación y la
Navidad hasta la Ascensión, el día de Pentecostés y la expectativa de la feliz
esperanza y venida del Señor". El centro de la liturgia es Cristo, como el
sol en torno al cual, al estilo de los planetas, giran la santísima Virgen
María —la más cercana— y luego los mártires y los demás santos que "cantan
la perfecta alabanza a Dios en el cielo e interceden por nosotros".
El mundo contemporáneo necesita sobre todo esperanza: al
derrumbarse tantas falsas seguridades, vemos que necesitamos una esperanza
fiable, y esta sólo se encuentra en Cristo.
—Jesús es "carne" como nosotros y es
"roca" como Dios. Quien anhela la libertad, la justicia y la paz
puede cobrar ánimo y levantar la cabeza, porque se acerca la liberación en Cristo.
Fuente: master·evangeli.net
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