6 de diciembre, 2012. (Romereports.com) El 7 de diciembre se celebra la fiesta de San Ambrosio de Milán, doctor de la Iglesia, que hizo una curiosa aportación al mundo de la cultura: Leía sin necesidad de hacerlo en voz alta, algo que sorprendió a su discípulo San Agustín.
Benedicto XVI explicó algunos detalles de su vida en la audiencia general del 24 de octubre de 2007.
Benedicto XVI
“San Ambrosio, Obispo de Milán, aprendió de Orígenes a conocer y comentar la Biblia. Trasladó al ambiente latino la meditación de las Escrituras, iniciando en Occidente la práctica de la lectio divina, la cual orientó su predicación y escritos, que brotan precisamente de la escucha orante de la Palabra de Dios.
San Agustín, que aprendió a predicar de la vida y ejemplo de san Ambrosio, relata en sus Confesiones que su conversión no fue debida tanto a las homilías de éste, como al testimonio de la Iglesia milanesa, que rezando como un solo cuerpo fue capaz de resistir a la prepotencia del emperador. Refiere también su sorpresa al ver como Ambrosio leía las Escrituras con la boca cerrada, ya que en aquel tiempo la lectura estaba concebida para ser proclamada en voz alta, a fin de facilitar su comprensión. En eso se entrevé el método de la catequesis ambrosiana: la Escritura, íntimamente asimilada, sugiere los contenidos que se deben anunciar para convertir los corazones. La catequesis es, pues, inseparable del testimonio de vida”.
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