martes, 19 de agosto de 2014

El pecado original: una "perturbación" en los orígenes


Hoy, asombrados como los discípulos, volvemos a escuchar que la salvación es imposible para el hombre. Así de radical es el daño que nos afecta a todos después de la "perturbación" de la creación en sus orígenes. Las imágenes del "Génesis" son elocuentes.

Nuestros primeros padres, desde un "estar desnudos sin experimentar vergüenza" (la inocencia originaria), pasan a cubrirse, esconderse, tener miedo y echarse las culpas... Entre medio hay el pecado original: cayeron en la "ilusión" (¡un espejismo!) de una autosuficiencia que es imposible: creer que serían tan poderosos como Dios si "manipulaban" el "árbol del conocimiento del bien y del mal". Se trata de una perturbación "moral", radicada en el drama de la libertad humana: somos libres para actuar con amor, pero no para inventar el amor. Así fue como, caricaturizando la ley moral, el "Maligno" logró que la humanidad se cerrara al amor de Dios.

—Señor, Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida: concédeme vivir de ti, que eres el Amor.

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