El Pontífice recibe en audiencia a la Conferencia de la
FAO
Mohamed Asif Rahimi, Presidente de la Conferencia de la
FAO y
Ministro de Agricultura de Afganistán, con el Papa Francisco.
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19 de junio de 2013, Ciudad del Vaticano/Roma – El Papa
Francisco elogió a los participantes de la 38ª Conferencia de la FAO por su
trabajo conjunto contra el hambre, pero instó a los países a “ir más allá de la
indiferencia” en políticas que excluyen a los más vulnerables y agravan el
hambre y la pobreza en el mundo.
“Es un hecho bien sabido que los actuales niveles de
producción de alimentos son suficientes, pero todavía hay millones de personas
que siguen sufriendo y mueren de inanición. Es un verdadero escándalo”, aseguró
el Papa Francisco en el curso de una audiencia en el Vaticano.
El Pontífice recibió a los delegados reunidos en Roma, que
representan a países de todo el mundo, siguiendo una tradición que se remonta a
hace 60 años. Les dio las gracias y alentó a la FAO por su trabajo.
Afirmando que la crisis económica mundial “no puede seguir
siendo usada como excusa”, el Santo Padre añadió que “la crisis no habrá
terminado del todo hasta que la situación y las condiciones de vida se analicen
en términos de la persona y la dignidad humana”.
El Papa advirtió que la gente y su dignidad corren el
riesgo de convertirse “en una mera abstracción frente a cuestiones como el uso
de la fuerza, la guerra, la malnutrición, la marginación, la violación de las
libertades básicas y la especulación financiera, que afecta actualmente al
precio de los alimentos, que son tratados como una mercancía cualquiera,
olvidando su función primordial”.
“Es necesario oponerse a los intereses económicos miopes y
a la mentalidad del poder de un grupo relativamente pequeño que excluye a la
mayoría de los pueblos del mundo, generando pobreza y marginación y creando una
ruptura en la sociedad”.
Mohamed Asif Rahimi, Presidente de la Conferencia de la
FAO y Ministro de Agricultura, Irrigación y Ganadería de Afganistán, estuvo
acompañado por el Director General de la FAO, José Graziano da Silva y cientos
de representantes de los países miembros de la FAO procedentes de todo el
mundo.
“Ha sido muy edificante cuando Su Santidad señaló que hay
que encontrar la forma de permitir que todos se beneficien de los frutos de la
tierra de una manera justa y equitativa”, dijo Rahimi.
“La FAO, por su parte –añadió Rahimi- cuenta con el
impacto que pueden tener el Papa Francisco y todos los líderes religiosos a la
hora de movilizar a los gobiernos, organizaciones, empresa y comunidades para
actuar en defensa del derecho a la alimentación de los más vulnerables”.
“La lucha contra el hambre no debe tener color, religión o
afiliación política. Acabar con el hambre es absolutamente necesario si
queremos un futuro verdaderamente sostenible y seguro. Tiene sentido a nivel
político y económico, pero también es lo correcto desde el punto de vista moral
y ético”, dijo a su vez Graziano da Silva.
“Hace dos semanas, el Papa Francisco denunció la cultura
del desperdicio que lleva a desechar 1.300 millones de toneladas de alimentos
cada año. El Pontífice dijo que era igual que robar alimentos a los pobres, y
estaba en lo cierto. Pero estamos también dilapidando generaciones enteras de
seres humanos a causa de la inanición, la malnutrición y la salud precaria. Y
eso nos afecta a todos”, concluyó el responsable de la FAO.
La Conferencia de la FAO es el máximo órgano de gobierno
de la Organización. Los delegados representan a los países miembros de la FAO,
que alcanzan un total de 194.
Fuente: FAO
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