19 de junio, 2013 (romereports.com) Durante la Misa en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco explicó que cuando en la piedad se infiltra la hipocresía se puede casi decir que se está pecando contra el Espíritu Santo. Hay personas, dijo el Papa, se enorgullecen de su ayuno o su oración, pero por ese camino no se llega a ninguna parte.
Papa Francisco
“El Señor habla del ayuno, de la oración, de la limosna: los tres pilares de la piedad cristiana, de la conversión interior, que la Iglesia nos propone a todos en la Cuaresma. Pero también por este camino hay hipócritas, que se pavonean de hacer ayuno, de dar limosna, de rezar. Pienso que cuando la hipocresía llega a este punto en la relación con Dios, estamos muy cerca del pecado contra el Espíritu Santo. No saben de belleza, no saben de amor, no saben de la verdad: son pequeños, viles”.
En la Misa concelebró junto al Papa el cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos.
Extracto de La Homilía
(Fuente: Radio Vaticana)
“Jesús lo dice: 'No entráis vosotros y no dejáis entrar a los demás'. Son moralistas sin bondad, no saben que es la bondad. Pero si, son moralistas: 'Se debe hacer esto, esto, esto...' Te llenan de mandamientos, pero sin bondad. Son aquellos que se adornan con ropajes, y tantas cosas para tener una apariencia majestuosa, perfecta, no tienen el sentido de la belleza. Alcanzan sólo una belleza de museo. Intelectuales sin talento, moralistas sin bondad, portadores de belleza de museo. Estos son los hipócritas a los cuales Jesús rechaza tanto”.
“El Señor habla del ayuno, de la oración, de la limosna: los tres pilares de la piedad cristiana, de la conversión interior, que la Iglesia nos propone a todos nosotros en la Cuaresma. También por este camino hay hipócritas, que se pavonean de hacer ayuno, de dar limosna, de rezar. Pienso que cuando la hipocresía llega a este punto de la relación con Dios, estamos muy cerca del pecado contra el Espíritu Santo. No saben de belleza, no saben de amor, no saben de la verdad: son pequeños, viles”.
“Pero todos nosotros tenemos también la gracia, la gracia que viene de Jesucristo: la gracia de la alegría, la gracia de la magnanimidad, de la grandeza. El hipócrita no sabe que es la belleza, qué es la grandeza, no sabe que es la magnanimidad”.
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