Atendiendo una invitación del Arzobispado de Arequipa, el
Dr. Carlos Beltramo Álvarez, investigador de la Universidad de Navarra en
Afectividad y Sexualidad Humana, brindó charlas magistrales a los estudiantes
del Seminario Arquidiocesano “San Jerónimo”, así como a sacerdotes, religiosas
y laicos de la Arquidiócesis, sobre el matrimonio y la sexualidad humana.
El especialista compartió de manera generosa y amplia sus
conocimientos dejando claro la importancia de la familia en la sociedad actual,
y la necesidad de hacer presente a Dios en medio de ella y del matrimonio.
Resaltó la importancia del Sacramento del Matrimonio en la Iglesia, el cual, si
bien tiene la misma estructura social que el matrimonio visto de manera laica,
al unir las vidas de dos personas en santo enlace, permite que una tercera
persona más esté presente: Dios. “Esta gracia de tener al mismo Señor como
parte del matrimonio, asegura la posibilidad de guiarnos con él hacia su
voluntad, dándole un plus que no tiene cualquier unión civil”, dijo.
Respecto a las “Ruletas sexuales” o “Fiestas Semáforo”,
que hoy suscitan el interés de los adolescentes, indicó que esconderían un
problema de fondo, que demostraría que ya los adolescentes tienen estos actos
como normales y hasta deseables. Insistió en que los problemas derivados del
comportamiento erróneo de los adolescentes se viven con igual intensidad en
todos los países del mundo en menor o mayor grado, gracias a la llamada “Aldea
Global”, que permite que desenfrenos de este tipo se encuentren en España,
Alemania, Colombia o el mismo Perú. Aseguró que la falta de esos valores que
dirigen o frenan a los menores a evitar situaciones de peligro, son un punto en
el que deberían preocuparse en primer lugar los padres de familia y luego el
Estado de preferencia el sector Educación.
La falta de tiempo de calidad con los hijos es también un
agravante de su comportamiento liberal y rebelde, por lo que recomendó un
sinceramiento con el tema laboral para poder darle momentos de calidad a los
menores o, si es posible, estar pendientes de ellos con mensajes o llamadas
para saber cómo están, de tal manera que los hijos sientan que pueden contar
con sus progenitores y evitar ser captados por impuestos de moda y de grupo que
muchas veces los llevan a cometer actos reñidos contra sí mismos, dañándolos
peligrosamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario