martes, 12 de noviembre de 2019

Mensaje del Presidente del CELAM ante crisis que aqueja al país de Chile y otros pueblos de América Latina y el Caribe


Estimados hermanos y hermanas:

Quiero expresar mi más profunda solidaridad y cercanía con la Iglesia y el Pueblo chileno que está sufriendo agresión y violencia, y que afecta sobre todo a las personas más humildes y vulnerables de este amado país. Como dice el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile en su comunicado de este 10 de noviembre: “la gente no sólo está cansada de la injusticia, sino también de la violencia”.


También, nuestros hermanos y hermanas de la región latinoamericana y caribeña están sufriendo de la violencia que enluta a familias enteras, especialmente en Bolivia, Venezuela, Haití, Honduras, Nicaragua, Puerto Rico, Ecuador, Chile y Perú. Causas de ello las encontramos en la corrupción, en las democracias imperfectas y en las situaciones de pobreza, desigualdad, desempleo o subempleo, baja calidad y cobertura de los servicios de salud, educación y transporte, que han ido acumulando un gran descontento. En toda nuestra región se viene dando una suerte de “explosión social” sin precedentes.

Además, la Iglesia que camina en América Latina y El Caribe es un cuerpo. Cuando parte de ese cuerpo sufre, la Iglesia toda sufre con él, comparte su dolor, pero también su esperanza. Por eso, hay que insistir en la necesidad de buscar la Paz a través del Diálogo, con participación de todos los actores e instituciones para buscar soluciones reales que se orienten al Bien Común.

Finalmente, quiero expresar mi más firme rechazo a la violencia, venga de donde venga, e invocar a los gobernantes y autoridades de nuestra región a implementar políticas concretas y reales que garanticen la promoción de la persona humana y el bien común, basados en los derechos fundamentales de libertad, respeto, equidad, justicia y el cuidado de nuestra casa común, para que nuestros pueblos realmente puedan tener un desarrollo humano integral. Es importante mencionar que la política, que es ante todo un servicio, no sea sierva de ambiciones individuales, ni de prepotencia de facciones, porque la inmunidad de la que gozan muchos políticos nunca debe llegar a ser impunidad.

Que la Santísima Virgen María en sus múltiples advocaciones nos ayude, oriente e ilumine en la búsqueda de la paz, la justicia y el bien común.

Paz y Bien

11 de noviembre de 2019.

+ Monseñor Héctor Miguel Cabrejos Vidarte OFM
Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM)
Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana

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