viernes, 8 de noviembre de 2019

Los Talibanes católicos han vuelto, reflexión por P. Reinaldo Nann, Obispo Prelado de Caravelí


En el sínodo amazónico en octubre pasó algo increíble: Un fanático católico ingresó en una iglesia, donde agarró tres imágenes, una que representaba a la “Madre Tierra” (en el idioma de los incas: Pachamama), las robó y las tiró al rio. Se filmaba en el acto (sin mostrar la cara obviamente) y lo publicó en youtube.
¿Fue aplaudido por un sector de la iglesia, que lo celebraba como un héroe, alguien que defiende supuestamente a la verdadera fe.

Lo que pasó fue un acto de fanatismo religioso con métodos violentos y criminales. ¿Qué diferencia hay con los talibanes y otros fanáticos islamistas? ¿A qué nivel de intolerancia religiosa hemos vuelto a llegar?
Como cristiano y seguidor de Jesús me distancio de estos “cristianistas” fanatizados. Nadie nos da derecho, de destruir símbolos religiosos de la religión que sea. Esto es intolerancia, fanatismo y vandalismo que repite los errores del pasado, como si nada hubiéramos aprendido de la historia: la inquisición, las guerras “santas”, la misión con la espada, el holocausto judío. Esto nunca hizo ni quiso Jesús, es demoniaco, es aberrante. Da pena que existen católicos, que aplauden a estos actos. Para mi este fanatismo es como un cáncer, que va destruyendo a nuestra iglesia. Hay que distanciarnos con claridad de los violentos y no permitir que contagien a todo el cuerpo de Cristo.
Pero vamos al grano. Que ha pasado en los jardines vaticanos: Hubo una ceremonia intercultural e interreligiosa amazónica. Indígenas cristianas que veneran a la “Madre Tierra” no como Diosa, sino como creación por excelencia, hicieron un ritual amazónico tipo “pago a la tierra”. Se le agradece a la tierra su cuidado maternal para los hombres. Las estatuas eran más decorativas que objetos de culto. Son ritos muy comunes en la amazonia y la región andina. No es idolatría, sino es la espiritualidad y cosmovisión de otra cultura, que no se opone a la fe cristiana. Y hasta en nuestra tradición cristiana europea hay un San Francisco que llama a la tierra “nuestra hermana, la madre tierra”. Los obispos amazónicos y el Papa Francisco están a favor de un dialogo intercultural e interreligioso. Aquí lo tienen. Los críticos a esto los culpan ahora de idólatras y apóstatas. Es muy curioso: Se creen los verdaderos católicos, pero usan el mismo lenguaje de las sectas evangélicas más fanáticas. La interculturalidad y el diálogo interreligioso en el mundo global de hoy son una necesidad, si no vamos a sembrar la guerra y no la paz. Esta critica demuestra una perspectiva eurocentrista que entendió nada, de lo que es la inculturación del evangelio: valorar lo positivo en cada religión y no destruir todo lo que es ajeno a mi tradición cultural y espiritual. Cuanto hay que aprender todavía…

Caravelí, noviembre de 2019 Reinaldo Nann, Obispo.

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