Lectura
del santo evangelio según san Lucas 21, 1-4
En aquel
tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el arca
de las ofrendas; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo:
"Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás
han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo
lo que tenía para vivir."
Reflexión
del Evangelio de hoy
Las
lecturas de este día nos recuerdan dos temas que vienen a animarnos en el
camino de nuestra vida cristiana. El Libro de Daniel nos habla de tiempos
difíciles para el pueblo de Israel. Tal como se nos dice, el rey Nabucodonosor
se ha hecho dueño de todo. Se ha apropiado de cuanto ha podido, empezando por
su rey Joaquín, e intenta paganizar a aquel pueblo imponiendo sus dioses. Ante
esta situación la lectura nos habla de tres jóvenes dirigidos por Daniel. A los
cuatro Dios les ha concedido “un conocimiento profundo de la sabiduría”. Es
decir, una sabiduría para poder dirigir bien su vida de fe en Dios.
¿Qué
conclusión podemos extraer de esta lectura? La fortaleza de estos cuatro
jóvenes para mantener su fidelidad en medio de una situación arriesgada. Como
los siete jóvenes Macabeos, ellos quieren mantenerse fieles a la ley. Más allá
del riesgo que corren, saben que la ley está por encima de todo y
guardarla es un signo de su resistencia ante lo que el rey invasor propone.
Los
tiempos que vivimos nos pueden ayudar a purificar nuestra fidelidad a Dios.
También mucho de lo que nos rodea quiere absorber nuestros principios y sobre
ellos introducir un modo de vivir ajeno al cristianismo. La fidelidad adquiere
su grandeza cuando, en medio de las dificultades, nuestra fe se mantiene
incólume. Son tiempos arduos, donde se nos pide fortaleza para no sucumbir ante
quienes, de múltiples formas, nos invitan a desdecirnos de nuestra condición de
seguidores de Jesús.
Aprender
a “mirar” como “mira” Dios
Jesús, en
el pasaje del evangelio, nos invita a considerar lo que damos y cómo lo damos,
a Dios y a los demás.
Seguramente
que todos nos habríamos fijado en los importantes del momento, que se acercaban
a echar, ostentosamente, su aportación al mantenimiento del templo. La pobre
viuda habría pasado desapercibida, como alguien sin importancia que huye de los
focos de atención. Y, sin embargo, a Jesús no le pasa desapercibida y saca una
observación que traslada al público. Esa pobre viuda ha dado todo lo que tenía.
Ante los ricos que daban lo que les sobraba, la viuda entrega lo que necesita.
He ahí su grandeza. Esa donación es un signo de amor.
¿Qué
valora Jesús en esa escena? La generosidad de la viuda pobre y su
desprendimiento. Jesús la presenta como modelo. Lo que los otros echan no tiene
valor; dan de lo que les sobra. Ella de lo que necesita. San Agustín nos
recuerda que “ella echó todo lo que poseía. Mucho tenía, pues tenía a Dios
en su corazón. Es más tener a Dios en el alma que oro en el arca”. Lo
importante no es la cantidad, sino el amor con que lo damos. No
infrecuentemente, esa ofrenda llamativa de los ricos, no es otra cosa que el
resultado del sometimiento de otros, de los cuales ellos se lucran. Por eso,
tiene tan poco valor.
Podemos
preguntarnos: ¿Qué damos a Dios y a los demás? ¿Hasta qué punto el amor nos
lleva a sobrepasar lo que nuestros intereses reclaman? ¿Cómo lo damos?
Alguien
dijo: Hacedlo todo por Amor. Así no hay cosas pequeñas: todo es grande.
Dios valora las disposiciones interiores de la persona, no lo que da. Eso es
lo que aprecia Dios; algo bien diferente de lo que habitualmente apreciamos los
hombres.
Una vez
más, se nos pide, ser capaces de cambiar nuestro modo de “mirar”, para ir
asemejándonos al “mirar” de Jesús. Él supo ver lo que había en el corazón de la
pobre viuda. Y en ese corazón vio humildad, desprendimiento; en definitiva,
amor a Dios, aunque no entendiera mucho de las Sagradas Escrituras. Y eso era
lo importante.
Que
tengamos un buen día, con el corazón dispuesto a mirar como Dios mira.
Fray
Salustiano Mateos Gómara
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/25-11-2019/
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