Lectura
del santo evangelio según san Mateo 4, 18-22
En aquel
tiempo, pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al
que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el
lago, pues eran pescadores. Les dijo:
-«Venid y
seguidme, y os haré pescadores de hombres.» Inmediatamente dejaron las redes y
lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo
de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo,
su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre
y lo siguieron.
Reflexión
del Evangelio de hoy
Todos los
cristianos, de cualquier tiempo, podemos confesar que lo central de nuestra
vida es el encuentro con Jesús, que puede tener circunstancias personales
distintas, pero en lo sustancial es igual para todos. “En la fe cristiana todo
comienza con un encuentro”. A todos nos pasó lo que a Andrés. Un día Cristo
Jesús salió a nuestro encuentro y nos pidió que le siguiésemos. Y desde el
primer instante, o un poco más allá, cada uno dirá, le dijimos que estábamos
dispuestos a seguirle donde quiera que fuese.
El Papa
Francisco confiesa abiertamente: “La fe, para mí, nació del encuentro con
Jesús. Un encuentro personal, que tocó mi corazón y dio una nueva dirección y
un nuevo sentido a mi existencia”. En su Exhortación Apostólica Evangelii
Gaudium, insiste: “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en
que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o,
al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada
día sin descanso”.
San
Andrés y cualquiera de nosotros nos vemos reflejados en las expresiones de San
Pablo de la primera lectura. Con nuestros labios profesamos que Jesús es el
Señor, el Señor de nuestra vida, y nuestro corazón cree que Dios le resucitó y
también nos va a resucitar a todos sus seguidores. Bien sabemos que Jesús no
nos va a defraudar. No tiene nuestros fallos humanos y cumple siempre su
palabra, cumple siempre sus promesas para esta vida y para la otra y en la
amistad con él encontramos nuestra salvación.
Como
Jesús nos ha convencido de que su mensaje no solo es buena noticia, sino la
mejor noticia para vivir la vida humana, nos sale de dentro proclamar con
nuestra vida y, en la medida de nuestras fuerzas, con nuestras palabras su
evangelio. Eso fue lo que hizo San Andrés: gastarse y desgastarse para alegrar
la vida de los hombres anunciado a Jesús y su evangelio. “Venid conmigo y os
haré pescadores de hombres”.
Fray
Manuel Santos Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/30-11-2019/
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