Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,13-16
En
aquel tiempo, dijo Jesús: «¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro
y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se
habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el
juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafárnaún,
¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Quien a
vosotros os escucha a
mí me escucha; quien a vosotros os rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza
a mí rechaza al que me ha enviado.»Reflexión del Evangelio de hoy
Vivimos de espaldas a Dios para seguir nuestros deseos
Estamos
tan envueltos en los caprichos de la información, de la técnica y del consumo,
que apenas somos capaces de pararnos a reflexionar ni escuchar críticamente el
espacio que Dios nos tiene asignado en esta sociedad. Nos vemos avocados a
seguir las pautas generales aunque disten de los valores que nuestra fe dicta a
nuestras conciencias que tenemos ensordecidas. Es lo que el profeta Baruc
reprocha al pueblo de Israel. Un reproche que afecta a todas las clases
sociales: reyes, sacerdotes, gobernantes, y antepasados. “Desobedecimos al
Señor nuestro Dios no siguiendo los mandatos que el Señor nos había propuesto”.
Hoy las lecturas nos invitan a convertirnos, volver a la escucha de Señor. Dios
nos sigue llamando e invitando a celebrar su amistad, a poner en primacía lo
que Dios quiere para nosotros y para el mundo. Un cambio de corazones, de
mentalidades y conductas, que permitan que la justicia de Dios se haga presente
en nuestra sociedad. Hoy en la fiesta de san Francisco de Asís, que no sabía de
especulaciones ni medianías, necesitamos de su espíritu, de su valor para por
medio del testimonio y el enamoramiento de la pobreza evangélica, reavivar
nuestra fe y también la vitalidad de la Iglesia en este mundo. Es la llamada
que el Papa Francisco hace insistentemente a cada cristiano: volver al
encuentro con Jesús y convertirnos en hombres de paz para el mundo.
Id por el mundo anunciando el evangelio de la paz
Es
el mismo envío que narra Lucas en el evangelio de hoy: la misión de los 72
discípulos. Después de la misión específica de los doce apóstoles, Lucas nos
cuenta este hecho nuevo. Un envío que resalta la universalidad del mensaje
evangélico. Todos los discípulos de Jesús estamos llamados a predicar la
salvación que nos viene de Jesús. Esta misión identifica a la comunidad eclesial
y urge su necesidad, porque la mies es abundante. Y tiene unas peculiaridades
especiales: itinerante, dinámica, basada en la pobreza y el desarraigo,
gratuita y dialogante. Con un mensaje explícito: el Reino de Dios y su paz. Un
anuncio no carente de dificultades y peligros. La paz de Dios no significa
siempre la sumisión que imponen los prepotentes. La paz de Jesús no es la mera
ausencia de guerra, sino la síntesis de todas las bendiciones y bienes
mesiánicos que anunciaron los profetas y que se cumplen en la persona de Jesús.
Jesús resucitado saluda siempre a sus discípulos con la paz, que es uno de los
frutos del Espíritu. Y debe tener un significado vivo para todos nosotros: ser
mujeres/hombres de paz. Un mensaje que ha de encarnarse en todas nuestras manifestaciones:
en la familia, en el barrio, en la sociedad. En este mundo harto de palabrería,
propaganda y proselitismo, de mentes enajenadas y saturadas de información, es
el testimonio y el servicio lo que impacta y cuestiona las conciencias personales.
El ejemplo de una forma distinta de vida y de valores, la confesión valiente
del motor de nuestros actos, nuestra fe en Jesús salvador y en el Dios Padre
que alienta en nuestra creación. Jesús no nos garantiza ser escuchados ni tener
éxito. Sólo nos urge a dar testimonio, a ser mensajeros de su evangelio, de la
alegría de la salvación que ha acaecido en nuestro mundo. Creemos en la
presencia de Dios creador capaz de seguir regenerando nuestro mundo y
posibilitando la justicia y la salvación para todos los hombres. Nuestra tarea
es sembrar, luchar, transmitir,... pero el fruto será obra de Dios.
- Oremos por alcanzar un mundo más justo, digno, compasivo y humanitario
No hay comentarios:
Publicar un comentario