Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,29-32)
En
aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles:
«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará
más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de
Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean
juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará
que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para
escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando
sea juzgada
esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los
condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay
uno que es más que Jonás.»Reflexión del Evangelio de hoy
En
la oración colecta del pasado domingo XXVIII del tiempo ordinario, que marca el
sentido de toda la semana, pedíamos que la Gracia de Dios nos precediera y
acompañara, conscientes de que sólo así podremos estar dispuestos y capacitado
para realizar siempre el bien.
Jesús nos ha regalado este don y encomendado la misión
Comenzamos
a escuchar la carta escrita por Pablo a los que están Roma. Una carta
importante por su temática doctrinal. Nos encontramos con la confesión de Pablo
que manifiesta haber sido llamado a ser apóstol y escogido para anunciar el
Evangelio de Dios. Llamada y elección que proceden del Señor. En él se cumple
lo que afirmó Jesús dirigiénndose al grupo apostólico: “No me habéis elegido
vosotros a mi, he sido yo quien os he legido a vosotros y destinado a que déis
fruto, un fruto que dure.”
Frente
a la tentación de pensar que nosotros hemos decidido, que hemos elegido, con
fuerza aparece este señalamiento paulino. La misión no nace de nosotros, sino
del Señor. El escoge y envía. Hay una llamada (como vocación suele calificarse
esta llamada) y un envío. La convicción y firmeza de esa llamada, que se
impone por su capacidad de tranformar (es el caso de Pablo y de tantos otros),
convierte al elegido en apóstol, es decir mensajero. Y está claro lo que este
mensajero ha de comunicar-anunciar: el Evangelio de Dios, afirma el Apóstol. No
tenemos otra materia que proclamar y ninguna como esta para llegar a la misma
intimidad del ser humano. Se refiere, dirá Pablo a los de Roma, a su Hijo,
nacido según la carne de la estirpe de David y constituído según el Espíritu,
Hijo de Dios, con pleno poder por su resurrección.
Un mensaje universal para toda la Humanidad
Huir
de toda suerte de elitismo parece estar en la entraña misma del anuncio del
Evangelio. No se trata de unos privilegiados ni de unos pocos, ni siquiera de
muchos. Pablo lo tiene claro: “hacer que todos los gentiles respondan a la fe,
para gloria de su nombre.” Es la consecuencia de haber aceptado ser
enviado: que todos lleguen al conocimiento de la verdad y se salven. No
descansar hasta haber ofrecido a todos la novedad del Evangelio. Por lo mismo,
entender que Jesús vincula a sí mismo para que todos lleguen a la fe. Y en la
consideración general de la llamada se descubre la realidad particular, como el
propio Apóstol señala: “Entre ellos estáis también vosotros, llamados por
Cristo Jesús.”
Concluye
el texto proclamado con una manifestación expresamente dirigida a los de Roma:
“a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de su pueblo santo...” Hacerles
ver que son amados por Dios. De alguna manera entiende el apóstol que por medio
de la convicción de ser amados, la respuesta se hace posible. Dios ama al ser
humano independientemente de la condición y situación en que se encuentre. Es
un amor gratuito. Dios ha amado primero, ha ofrecido su amor hasta el extremo y
será la experiencia de ser amado la que provoque la respuesta amando como son
amados. Se entiende entónces así que este amor se convierte en llamada para integrarse
en el pueblo de Dios. Dicho de otro modo: integrados en la comunión con Dios y
con todos. Comunión de vida y misión. Cuando se ha experimentado esto en la
propia existencia no queda otra salida que comunicar esta gozosa realidad que
tiene la capacidad de cambiarlo todo.
A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás
No
se trata de un discurso bellamente elaborado, capaz de delelitar los oídos de
los oyentes. Tampoco de ofrecer argumentos para la reflexión intelectual. La
referencia a Jonás y a Nínive, la gran capital, carga el acento en la condición
de signo. La palabra de Jonás estaba sustentada en el signo que era el mismo
profeta. Esta condición se la aplica Jesús a sí mismo. La generación
contemporánea de Jesús que reclamaba milagros para creer, tendrá que
aprender a leer los milagros en clave de signo. No hacerlo conlleva cerrarse a
la expriencia salvadora del amor de Dios que se entrega. Es preciso reconocer
el signo del amor más grande. Esa diferencia será señalada también por Jesús.
Los tiempos nuevos, la realidad nueva, la creación nueva provienen del amor de
Dios manifestado en Cristo Jesús.
El
texto del evangelio de Lucas tiene dos partes: la primera con la referencia a
la gente que se apiñaba en torno a Jesús. La segunda la referencia expresa a la
sabiduría y a la profecía. Si se entiende la función de ambas como señaladoras
de aquél en quién está la plenitud de la sabiduría y el cumplimiento de lo
indicado por los antiguos profetas, se podrá reconocer la presencia de Dios
mismo en medio de la familia humana.
Al
rico se le dijo: “Ahí tienen a Moisés y los Profetas, que los escuchen.” Al
prestarles la atención debida se les remite al Mesías. Por eso en la
explicación que Jesús ofrece, tomando la referencia de Salomón para
personificar la sabiduría admirada por los judíos, dirá: “aquí hay uno que es
más que Salomón.” y aplicando el mismo razonamiento en el caso de Jonás y
Nínive, afirmará que “aquí hay uno que es más que Jonás”.
Ciertamente
está indicando que la plenitud a la que aquellos remitían, está presente en
medio de ellos y que por tanto es preciso saber leer e interpretar los signos.
Nosotros diríamos hoy: los signos de los tiempos.
¿Qué
lectura hacemos nosotros de la realidad?
¿Somos
signo para nuestros contemporáneos?
Fr.
Antonio Bueno Espinar O.P.
Convento de Santa Cruz la Real (Granada)
Convento de Santa Cruz la Real (Granada)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/14-10-2019/
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