Lectura
del santo evangelio según san Lucas 10, 1-12
En aquel
tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en
dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en
medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y
no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa,
decid primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz,
descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la
misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario.
No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed
lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de
vosotros el reino de Dios." Cuando entréis en un pueblo y no os reciban,
salid a la plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha
pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que
está cerca el reino de Dios." Os digo que aquel día será más llevadero
para Sodoma que para ese pueblo.»Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en
Reflexión
del Evangelio de hoy
"El
gozo en el señor es vuestra fortaleza"
El libro
de Nehemías narra con sentido litúrgico que el pueblo se reúne como si fuera un
solo hombre en la plaza. A Esdras le encargan que trajese el libro de la ley a
la asamblea de hombres y mujeres y de todos los que podían comprender.
Esdras
era el sacerdote encargado de bendecir al pueblo con el libro. Pero no era sólo
un libro, tenía que ser explicado por los sacerdotes levitas. Esdras era un
escriba, un entendido de la ley, y sacerdote.
Tanto
Nehemías, como Esdras y los levitas proclamaban ese día, el día primero del mes
séptimo, día consagrado al Señor. A todo hombre y mujer y a todo aquel que
podía comprender se les explicaba el contenido y significado de aquel libro.
Como todo
acto litúrgico y cultual, termina con una celebración, con una comida
importante, alegre, donde se le dice al pueblo que “el gozo en el Señor es
vuestra fortaleza”.
Y así es,
no podemos dar testimonio de nuestra fe si no la vivimos con alegría, si no
manifestamos el gozo que supone creer en Dios, por medio de Cristo, alegría del
mundo, si no participamos de la alegría de lo fraterno, de la pertenencia a un
pueblo, en este caso de la pertenencia al pueblo de Dios, y de la participación
en los sacramentos.
Alegres
nos quiere Dios en la fe, aunque el riesgo sea grande, lleno de
persecuciones o enfermedades a superar, alegres nos quiere Dios y llenos de
esperanza.
El final
del texto de esta lectura termina añadiendo que todos por fin se fueron a comer
y a compartir, y que todos habían comprendido lo que se les había
enseñado.
Porque el
compartir surge con la satisfacción de haber aprendido algo sobre la vida y
sobre Dios, algo sobre la esperanza y la alegría.
"Vuestra
paz descansará sobre ellos"
El
evangelio de Lucas nos presenta a Jesús instruyendo a sus discípulos y
enviándolos a predicar de dos en dos.
Primero
pide oración para que haya más obreros para el cuidado del pueblo, para
predicar, para el cuidado de quienes aceptan la llegada del reino de Dios,
anunciado por Jesucristo como ya presente.
Luego,
les instruye para que su evangelizar sea una predicación que lleve implícita un
testimonio de vida, importante para ser creíbles. También les advierte que no
todo va a ser sencillo, pero que han de confiar en Dios. No todo será
escuchado, no todo será aceptado. Muchos actuarán con bondad, pero otros
actuarán con intereses perversos.
Les hace
tomar conciencia de la responsabilidad de su anuncio, que es un anuncio de PAZ.Así
será reconocido el Hijo de Dios. Y toda la paz que lleváis dentro por la fe en
Jesucristo descansará sobre ellos.
Qué importante
y necesario es el saludo de Paz. Sin embargo, no todo queda en un saludo. Es
importante para la evangelización adquirir y mantener una actitud donde la paz
sea lo que se desprenda de nosotros. No puede engendrar odio nuestra palabra,
porque hablamos de otra Palabra más importante: aquella que pronuncia Dios como
un relato en la vida de cada ser humano. No puede engendrar división, porque la
Palabra: Cristo, es el nexo de unión entre Dios y los hombres.
Oremos,
para que sepamos mostrar a Jesucristo como el Dios de la Paz, y para que
descanse sobre todos los pueblos la paz que nos ofrece Dios.
Fr.
Alexis González de León O.P.
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/3-10-2019/
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