Lectura
del santo Evangelio según san Lucas 10, 38-42
En aquel
tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su
casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de
Jesús y se puso a escuchar su palabra.
Marta,
entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercándose a Jesús,
le dijo: «Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con
todo el quehacer? Dile que me ayude».
El Señor
le respondió: «Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo
así que una sola es necesaria.
María escogió la mejor parte y nadie se la
quitará.»
Reflexión
del Evangelio de hoy
Vivir la
misión recibida
La
Palabra de Dios se nos dirige continuamente, nos encontramos con su llamada en
cada acontecimiento y se nos pide escuchar. Esa palabra y esa llamada nos
llegan con un mensaje y una misión. El mensaje es claro, proclamar la salvación
a todo el género humano y la misión es concreta, dirigida a nuestros hermanos.
El relato
de Jonás es una “parábola” del Antiguo Testamento. Nos presenta esta lectura
del Profeta su llamada con un mensaje y una misión, dirigida a los ninivitas.
Es enviado a Nínive, “la gran ciudad pagana” que había pecado, pero Dios, que
es Dios de todos y desea nuestra conversión, perdona sus pecados porque ellos
abandonaron el mal camino y siendo su amor universal, Dios se arrepiente.
Como nos
dice el salmista, el Señor no lleva cuenta de nuestros delitos y con su perdón
nos infunde respeto. Pensemos profundamente esta afirmación: Dios “se gana” el
respeto con el perdón, la misericordia y la redención. Increíble: Dios es amor
y ciertamente hemos de proclamarlo por todo el mundo.
El Santo
Padre Francisco ha pedido que este mes de octubre no celebremos sólo un día de
las misiones, el día del DOMUND, domingo mundial de las Misiones, sino que
vivamos todos los días de octubre como el mes misionero. Estamos, pues,
llamados a proclamar siempre el mensaje del Evangelio y somos misioneros.
La misión
de las mujeres
Leemos
los últimos versículos del capítulo diez de un relato propio de Lucas adquirido
por tradiciones originales. Nos encontramos con dos hermanas con los mismos rasgos
de carácter que en otras narraciones, que subrayan la complementariedad de dos
temperamentos. Marta con su servicialidad indispensable muestra su amor a los
demás. María “sentada a los pies de Jesús” escucha sus palabras. Estas mujeres
alcanzan tal relevancia, que junto con Jesús, ocupan todo el relato. Aun siendo
extraño para aquel tiempo que ellas gozaran de tanto protagonismo y de tanta
atención por parte de un maestro como Jesús.
El
evangelista no quiere enseñarnos que Marta, sirviendo a los invitados,
representa la acción, mientras que María, prestando atención a la palabra de
Jesús, encarna la contemplación, como se afirma a lo largo de toda la tradición
cristiana. No es posible, que en esta escena se trate de dos actitudes
cristianas, en la que tiene la primacía la oración y se le da una importancia
secundaria al servicio a los demás. Para Lucas la actitud de María es la
posición del discípulo. Y en definitiva es la misión principal que todos
tenemos, ser discípulos del Señor escuchando sus Palabras.
La
llamada de Dios a ser misioneros es universal. El mensaje que proclamamos es su
amor misericordioso y el perdón de Dios merece nuestro respeto.
La
novedad del Evangelio consiste en terminar con la marginación de la mujer
dentro y fuera de la iglesia, porque, ante Dios, mujer y hombre tenemos la
misma dignidad y somos igualmente hijos de Dios.
Monjas Dominicas Contemplativas
Monasterio Stma. Trinidad y Sta. Lucía (Orihuela)
Monasterio Stma. Trinidad y Sta. Lucía (Orihuela)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/8-10-2019/
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