Lectura
del santo evangelio según san Mateo 7, 7-11
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una
serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar
cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas
buenas a los que le piden!»-«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una
Reflexión
del Evangelio de hoy
Todo esto
viene de Dios
En
diversas partes del mundo, nuestra sociedad ha dejado de ser principalmente
agrícola. La llamada industria lo ocupa casi todo. De todas las maneras, muchos
países siguen siendo predominantemente agrícolas. Es también claro que tanto en
las sociedades industriales como en las agrícolas todos sus habitantes seguimos
alimentándonos y disfrutando de los frutos del campo.
La fiesta
de las témporas de acción de gracias está colocada cuando, en algunos lugares,
se ha llegado a la recolección de las cosechas y empiezan a prepararse para las
del próximo año. Se nos quiere recordar una verdad clave en nuestra vida:
nuestra dependencia de Dios. Sin Dios, no seríamos nada. Sin Dios, para
empezar, ni habría mundo ni nosotros existiríamos. Él es el creador del cielo y
tierra y también nuestro creador. Le tenemos que estar siempre agradecidos. Un
buen momento para actualizar esta acción de gracias es cuando los hombres,
trabajando el campo que nos ha sido regalado, recogen los frutos que Dios ha
puesto en él.
La
actitud de acción de gracias debe ser continua y permanente en nuestra
vida y no solo cuestión de un día, como fin de temporada. Entre otras
cosas, como nos recuerda san Pablo en la segunda lectura, le hemos de dar
gracias por nuestra segunda creación. No solo nos ha regalado la vida humana
sino también la vida divina. “El que es de Cristo es una criatura nueva”. A la
gran dignidad de ser personas humanas hay que añadir el don de ser hijos de
Dios y hermanos unos de otros.
Además,
introduciéndonos en su familia, nuestro Padre Dios nos perdona nuestros pecados
y nos pide que perdonemos a los que nos ofenden. “Todos eso viene de Dios, que
por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el servicio de
reconciliar”. Qué gran paz nos proporciona Dios sabiendo que su amor y su
perdón borran para siempre nuestros pecados.
Jesús, en
el evangelio, nos exhorta a que conjuguemos tres verbos, no solo el primero de
ellos, para que logremos vivir como lo que somos, hijos de Dios y hermanos
entre nosotros: pedir, buscar y llamar. Pedírselo a nuestro Dios; buscarlo con
todas nuestras fuerzas y llamar a las puertas de nuestro Dios y de nuestros
hermanos para conseguirlo. Jesús nos asegura que nuestro Padre Dios siempre
está al acecho para darnos “cosas buenas a los que le piden”.
Fray
Manuel Santos Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo
Convento de Santo Domingo (Oviedo
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/5-10-2019/)
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