· El cardenal DiNardo anuncia que las insinuaciones del exnuncio serán investigadas por si fueran falsas
· Recuerda a las víctimas que “no están solas”, aunque reconoce que en un tiempo les “han fallado” como Iglesia
Lo que no
aguaron las lluvias irlandesas en el día de clausura del Encuentro Mundial de
las Familias, ni el congreso alternativo de movimientos tradicionalistas del
país de san Patricio… han tratado de hacerlo algunos medios afines al
estadounidense ‘National Catholic Register’ al filtrar un comunicado de 11 páginas
en el que el arzobispo y exnuncio Carlo Maria Viganò acusa al papa Francisco de encubrimiento y condescendencia de los actos por
los que está siendo juzgado el cardenal McCarrick.
Preguntas que necesitan respuestas
Tras este primer cometario del Papa, el presidente de la
Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, el obispo de Galveston-Houston, el
cardenal Daniel N. DiNardo ha emitido una declaración ratificando los últimos
comunicados que ha emitido la propia Conferencia de ser “firmes y decisivos en la
búsqueda de la verdad y la justicia” en todo el tema de los abusos. En este sentido, recuerda que el 16 de agosto se ha
ordenado una visita apostólica rigurosa sobre las dudas que hay sobre el
cardenal Theodore McCarrick.
Dentro de esta investigación, DiNardo ha decidido tomar
buena nota de las acusaciones de Carlo Maria Viganò ya que, para él, “las preguntas planteadas merecen
respuestas que sean concluyentes y basadas en pruebas. Sin esas respuestas, las
personas inocentes pueden estar contaminadas por acusaciones falsas y los
culpables pueden volver a repetir los pecados del pasado”. Algo que se recoge de forma implícita en la carta del Papa a
todo el pueblo de Dios.
El respaldo de Francisco
El presidente de los obispos ha confirmado que presentará
todo el plan en la audiencia con el papa Francisco. DiNardo, tras recordar los
planes puestos en marcha, desea que el Papa “comparta nuestro deseo de mayor
eficacia y transparencia en el tema de la disciplina de los obispos”, por que reitera su “afecto fraterno al Santo Padre en
estos tiempos difíciles”.
Asimismo, el cardenal reitera su apoyo a las víctimas a
quienes recuerda que “no están solas” –aunque reconoce que durante un tiempo
les “han fallado”– y que desde 2002 los obispos se han implicado abriendo
diferentes canales de protección. “Los fracasos de los hombres no pueden disminuir la luz
del Evangelio. Señor, que con la ayuda de su misericordia, nos muestre el camino de la salvación”.
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