Lectura del santo evangelio según san Mateo
24,42-51
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Estad en vela, porque no sabéis qué
día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora
de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en
su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos
penséis viene el Hijo del hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso,
Reflexión del Evangelio de hoy
Dios
os llamó a participar en la vida de su Hijo
San
Pablo, el que todo lo consideraba “como basura en comparación con el
sublime conocimiento de Cristo Jesús”, saluda a los cristianos de Corinto y a
“todos los demás que en cualquier lugar invocan del nombre de Jesucristo”. Como
no podía ser de otro modo es un saludo lleno de alegría y de regocijo con ellos
porque se han encontrado con el gran tesoro que es Jesucristo. Y por ello
da continuas gracias a Dios. En Cristo “habéis sido enriquecidos en todo… no
carecéis de ningún don… Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo,
Jesucristo, Señor nuestro”.
Participar
en la vida de Jesucristo, es participar en la vida de Dios, como hijos suyos,
al que con toda verdad podemos llamar Padre… y ser hermanos de todos los
hombres. Las dos notas fundamentales que tenemos los cristianos es que somos
“hijos y hermanos”, hijos de Dios y hermanos de los hombres. Esta es nuestra
identidad y nuestra gran dignidad… que en nuestro trayecto terreno vivimos en
medio de nuestras limitaciones, pero que después de nuestra resurrección
viviremos en plenitud disfrutando de la felicidad total.
Estad
en vela
“Estad
en vela”. Hay maneras y maneras de estar en vela. Todo depende de qué o a quién
se espere, sea un acontecimiento o una persona y qué clase de acontecimiento o
persona sean. De muy distinta manera está en vela el centinela nocturno, el
soldado que teme un ataque del enemigo, la embaraza a punto de dar a luz al
hijo que viene, el que guarda su casa temiendo que lleguen ladrones, el
enamorado suspirando por la llegada de su enamorada… Todo depende de a quién o
a qué se espere.
Por
eso, cuando oímos decir a Jesús: “Estad en vela, porque no sabéis qué día
vendrá vuestro Señor”, la pregunta que nos tenemos que hacer es quién es para
nosotros “nuestro Señor”. Si nuestro Señor es ese Cristo que ha salido a
nuestro encuentro a llenarnos de su luz y de su amor, ese Señor que gastó y
entregó su vida en favor nuestro, ese Señor que cada día nos sigue ofreciendo
su persona, su cuerpo y su sangre, ese Señor que nos ha prometido acompañarnos
todos los días de nuestra vida y no dejarnos huérfanos, ese Señor que nos ha
convencido que no solo es hombre sino también Dios, ese Señor que nos ha
prometido darnos la felicidad total después de nuestra muerte…
Si es
así, estaremos deseando ardientemente que venga hasta nosotros cada día, cada
minuto, cada instante… con gozosa expectación. Pero si el Señor tiene rasgos
negativos para nosotros… nos costará mucho estar en vela y desear su venida.
Pregunta clave: ¿quién es el Señor para nosotros?
Santa
Rosa nació en Lima en 1586 y murió en 1617. Fue canonizada en 1668, siendo la
primera santa del continente americano. Desde muy joven siguió a Cristo Jesús,
como a su único Maestro y Señor, ante cierta oposición de sus padres. A
los veinte años entró en la tercera Orden de Santo Domingo. Tuvo una intensa
vida de oración. Principalmente, el pueblo peruano la tiene una gran
devoción.
Fray Manuel Santos
Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/30-8-2018/
No hay comentarios:
Publicar un comentario