Lectura del santo evangelio según san
Mateo 25,31-46
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el Hijo
del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y
serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un
pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las
cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid
vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde
la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me
disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me
vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme."
Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y
te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te
hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y
fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo
hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis."
Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, id al
fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me
disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me
hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me
visitasteis." Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te
vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no
te asistimos?" Y él replicará: "Os aseguro que cada vez que no lo
hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo." Y
éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»
Reflexión del Evangelio de hoy
Amarás
a tu prójimo como a ti mismo
Iniciamos
nuestro camino cuaresmal con la invitación que nos hace el Señor en el libro
del levítico, a ser Santos. Vocablo extraño en una sociedad como la nuestra
dónde los valores y las actitudes religiosas parecen pasar de puntillas, frente
al individualismo, el rechazo al otro, sobre todo al diferente, incluso con
violencia.
El
marco narrativo de nuestra lectura es la estancia del pueblo israelita en el
Sinaí, después de haber salido de Egipto. Una vez allí, Dios establece la
alianza con su pueblo y éste recibe sus mandamientos y leyes. Lo esencial de la
Ley es que Dios debe ocupar el primer lugar en los valores y en el corazón del
pueblo porque el Señor los ha elegido y los ha rescatado de la esclavitud. Para
relacionarse con Dios y cumplir con la alianza el pueblo ha de ser santo, y la
santificación consiste en el cumplimiento sus preceptos
A
continuación, pasa a describir como han de ser las relaciones del pueblo con su
prójimo. Vivir la santidad no se reduce al ámbito cultual o comunitario, sino que
exige mirar hacia los demás, especialmente a los más desprotegidos de la
sociedad. De ahí las prohibiciones de robar, engañar, explotar, cometer
injusticias o calumniar. La respuesta a esas actitudes negativas se traduce en
un mandato positivo “amarás a tú prójimo como a ti mismo”. El amor al prójimo
ha de traducirse en acciones concretas. “Yo soy el Señor”, se repite en cuatro
ocasiones como referente y fundamento de la ley. Actuar como Dios quiere es la
base de actuación del ser humano. Dios y el prójimo se aproximan en cada uno de
nosotros, amar a Dios implica ser prójimo de los hermanos y hermanas. Amar a
los demás, practicar la justicia, en acciones sencillas y concretas nos
aproxima al corazón y a la santidad de Dios.
Venid
vosotros, benditos de mi Padre
El
evangelio de Mateo, nos presenta hoy el último pasaje antes de comenzar el
relato de la pasión. Ya al comienzo del capítulo 25 nos ha ido instruyendo
como vigilar es mantener la lámpara encendida y multiplicar los
talentos recibidos, ahora el evangelista recapitula algunos rasgos
sobresalientes de su teología proyectándolos hacia lo que será el juicio final
y definitivo. El texto de Mateo (25,31-46) puede ser considerado como una
proyección futura de la vida presente, y podemos dividirlo en tres partes:
La primera tiene
la función de preámbulo (vv. 31-33) en cuanto que introduce y prepara las dos
escenas siguientes. Comienza describiendo la llegada del Hijo del Hombre de
manera majestuosa; “en su gloria”, “con todos sus ángeles”, “en su trono” y ante
él se congregarán todos los pueblos, señalando que lo importante para separar
unos de otros no será la religión, la cultura o la procedencia, sino las obras
de caridad.
La segunda parte
(vv. 34-40) comienza con el grupo que está a la derecha y que ha obrado bien
por ello se les llama “benditos de mi Padre” y les habla de una herencia
preparada desde “el comienzo del mundo”. Se enumera una lista de obras de
caridad que ya aparecen aunque de modo parcial en el AT (cf. Is 58,7;
Ez18,7.16), pero más que la enumeración de acciones lo que llama la atención es
que estas tienen por sujeto a Jesús. La pregunta que estos justos se hacen
parece obvia: ¿Cuándo hicimos esto? La respuesta es aún más sorprendente: cuanto
hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis. Por
tanto el criterio del juicio es la caridad vivida en gratitud, sin esperar nada
a cambio, por puro amor al prójimo. Jesús se identifica con los pequeños, con
los débiles, en ellos está él mismo.
La tercera parte
(vv. 41-46) habla al grupo que está a la izquierda a los que dice “apartaos de
mí”, no por hacer el mal, sino por no haber hecho el bien. La separación entre
unos y otros está marcada por la opción personal de cada uno. ¿Somos
conscientes de la responsabilidad que tenemos por ser seguidores de Jesús? ¿Qué
pasos tengo que dar en esta cuaresma de cara a la práctica de la caridad con
los pequeños?
Hoy
celebramos memoria del Beato Álvaro de Córdoba, insigne predicador y teólogo
que quiso realizar su propio “vía crucis”, al igual que Jesús. Qué su vida sea
ejemplo para todos nosotros y nosotras de que caminar en el dolor nos lleva a
la Luz.
Hna. Carmen Román Martínez
O.P.
Congregación de Santo Domingo
Congregación de Santo Domingo
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
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