Al conmemorar la semana pasada la Fiesta de San Francisco deAsís, el Ministro Provincial de la Provincia de los XII Apóstoles del Perú, Fr.
Guido Zegarra Ponce OFM., envió un mensaje a todos los miembros de la Orden, en
el cual reflexionó sobre la riqueza de la vocación franciscana, para llevar la
Buena Noticia a aquellos que hoy la necesitan más que nunca.
“Señor, ¿qué quieres que haga? La respuesta que la
Provincia ha ido madurando en su discernimiento es que debemos ponernos en
camino con la firme decisión de vivir como Cristo, de vivir el Evangelio con
pasión, como Francisco. Al respecto la minoridad es en efecto, el atributo que
nos caracteriza y distingue a partir de nuestro nombre: Hermanos Menores. Fue
la intuición de Francisco, la que individuó la minoridad como opción de vida y
como estado social para vivir radicalmente el Evangelio, y para hacerse hermano
de todos”, explicó.
El religioso refirió que en el mundo medieval, “la
sociedad estaba dividida entre «mayores» y «menores», «señores» y «siervos».
Los mayores tenían el poder social, político, económico, cultural y religioso.
Entre estos había nobles, reyes, burgueses y mercaderes. Por el contrario,
entre los menores se encontraban los pobres, los siervos del campo, los
enfermos, y aquellos que hoy llamamos excluidos”. “Francisco, que pertenecía al
grupo de los mayores, después de su conversión, cambió de «nivel social» y se
hizo menor”, dijo.
Fr. Guido Zegarra concluye su mensaje diciendo que
“determinante para una opción decisiva por la minoridad, en Francisco, es el
descubrimiento que en Jesús, Dios se hace menor”. “Él, el Señor y Creador de
todas las cosas, el Omnipotente, en la Encarnación, opta por hacerse hombre, y
entre los hombres opta la condición más humilde, más baja y más pobre. La
minoridad es el aspecto de Dios, que Francisco acoge con preferencia y con
mayor evidencia, desde su conocimiento de Jesucristo. Desde el nacimiento a la
cruz, para Francisco, todo habla de la pobreza y de la humildad de Cristo”,
señaló.
“Hermanos, en este saludo me permito pensar en formas de
solidaridad y de compartir, que expresan la voluntad de renovación de nuestra
vida franciscana en torno a la minoridad. Pero no podemos olvidar que esta
nuestra forma de vida, es consecuencia de haber optado por Cristo. En efecto,
es el amor de Cristo que nos impulsa a ser menores, pobres, y solidarios”,
concluye el mensaje.
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